Depresión endógena: qué es y cómo vivir con sus síntomas. ¿Se cura con tratamiento?

depresión endógena

¿Te imaginas que un buen día, estando previamente bien y sin que haya pasado nada, te despiertas por la mañana y notas una tristeza que nunca antes habías notado?. Es lo que es la depresión endógena. Vivir con síntomas de una depresión endógena a veces es así. Y es que, así como el tratamiento es parecido, la causa desencadenante es una de las diferencias que hacen que se tengan síntomas de depresión endógena o exógena (la que todos nos imaginamos que ocurre «cuando nos sucede una desgracia»).

A pesar de que no es tan conocida, porque la gente suele relacionar depresión con que “te ha pasado algo malo y te deprimes”, la endógena es relativamente frecuente.

Además, el hecho de que no te haya pasado nada que explique el porqué estás tan mal de ánimo, hace que sea especialmente angustiante para la persona que padece este cuadro depresivo.

En este post te explicaré todo lo que necesitas saber para conocer este tipo de depresión.

Contenidos

¿Qué es una depresión endógena?

La depresión endógena (también conocida como melancólica) es un tipo de depresión mayor.

Por tanto, no es una enfermedad aparte, si no uno de los distintos trastornos depresivos que existen.

Y es que hay otros tipos de depresión como la depresión posparto, el trastorno afectivo estacional, otro que es la distimia.

Su característica principal es su «origen interno«: muchas veces esta depresión no viene causada por factores externos.

Es decir, es una depresión que su causa principal es de tipo biológico: sin motivo aparente, pueden aparecer síntomas como ánimo deprimido, malestar emocional en forma de tristeza de tipo melancólico, la sensación de vacío emocional, cambios de humor, disminución del deseo sexual…

Por ello es una depresión que habitualmente «no se cura» si no se trata bien.

¿Cuáles son las causas de la depresión endógena?

Se dice que la depresión es hereditaria.

Y es que, para que una depresión suceda, hay que tener una predisposición genética de nacimiento a padecerla.

Como casi todo en salud mental.

Y a estos factores biológicos se unen factores externos (problemas económicos, fallecimiento de un ser querido…) y juntos hacen aparecer la depresión.

Bien.

Pues en la endógena no es tan necesaria la segunda parte

En esta depresión mayor el componente genético es más fuerte (es más habitual que haya antecedentes de depresión o de otras enfermedades de la mente en la familia, es decir, que la depresión endógena es más hereditaria). 

Todos estos factores generan una gravedad que hace que en algunos casos de esta depresión puedan quedar secuelas en el cerebro.

Pero veamos con detalle lo que conocemos de las causas:

1. Desequilibrio de Neurotransmisores

Uno de los factores más relevantes en la depresión endógena es la alteración de los neurotransmisores en el cerebro, especialmente la serotonina, dopamina y noradrenalina. Estos químicos son responsables de regular el estado de ánimo, y un déficit en su producción o actividad puede llevar a síntomas depresivos profundos.

2. Factores Genéticos

La predisposición genética juega un papel clave en el desarrollo de la depresión endógena.

Las investigaciones han demostrado que tener familiares directos con depresión aumenta el riesgo de sufrir este tipo de trastorno. La herencia genética puede influir en cómo el cerebro maneja el estrés y procesa las emociones, lo que aumenta la vulnerabilidad a la depresión.

3. Alteraciones Hormonales

Los cambios en los niveles hormonales, particularmente en el eje hipotálamo-hipófisis-adrenal (HHA), pueden contribuir a la depresión endógena.

Este eje es responsable de regular la respuesta al estrés, y cuando hay disfunciones en este sistema, puede producirse una alteración en la liberación de cortisol, lo que contribuye a la aparición y mantenimiento de la depresión.

4. Disfunción en el Sistema Nervioso Central

Se ha observado que algunas personas con depresión endógena presentan alteraciones en ciertas áreas del cerebro, como la amígdala o el hipocampo, que son fundamentales para la regulación emocional.

Estas alteraciones pueden estar relacionadas con una menor plasticidad neuronal y una respuesta anormal a los estímulos emocionales.

5. Factores Evolutivos

Algunas teorías sugieren que la depresión endógena puede haber sido una respuesta evolutiva ante situaciones de estrés prolongado o crisis.

Sin embargo, en el mundo moderno, esta respuesta puede quedar desadaptada, manifestándose como un trastorno depresivo sin un desencadenante claro.

6. Envejecimiento y Degeneración Cerebral

Con la edad, algunas personas experimentan una disminución de la función cerebral y la aparición de patologías neurodegenerativas, lo que también puede estar relacionado con la depresión endógena.

La disminución en la capacidad de regeneración neuronal puede ser un factor que agrava los síntomas depresivos en este tipo de pacientes.

Depresión endógena: características diferenciales

Además de lo anterior, esta depresión, también llamada melancólica, tiene otras peculiaridades que la hacen distinta de otras depresiones.

  • La tristeza de esta depresión es distinta. Y es que los pacientes que la han tenido explican una tristeza profunda, una «tristeza vital», una incapacidad para sentir o una sensación de anestesia emocional.
  • Es muy típico que haya cambios en el nivel del malestar durante el día: un empeoramiento matutino y una mejoría a partir de la tarde o noche (lo que llamamos variación circadiana de los síntomas). Hay unas horas del día en las que te encuentras peor y otra parte del día sientes un mínimo alivio.
  • Tiene más relación con las estaciones del año que otras depresiones. Es el llamado patrón estacional, que hace que haya épocas del año en que tengas más riesgo de tener una recaída (fundamentalmente en otoño o invierno).
  • Existe una tendencia familiar a tener varios casos. Tiene un componente genético importante.
  • Es habitual que empiece en personas más jóvenes que otras depresiones.

¿Cuáles son los síntomas de la depresión endógena?

Aunque los síntomas de la depresión endógena son parecidos a los de la exógena (al fin y al cabo es un tipo de depresión mayor), esta tiene unos matices en los síntomas que la hacen muy característica. 

Veamos cada uno de ellos.

1. Estado de ánimo persistentemente bajo

Las personas con depresión endógena presentan una tristeza intensa que persiste durante gran parte del día, casi todos los días.

Esta tristeza es inexplicable y no mejora con situaciones positivas externas.

Esta tristeza puede estar acompañada de sentimientos de desesperación y es de una cualidad diferente a la tristeza que todos conocemos.

Muchas personas experimentan la llamada variación circadiana: un empeoramiento de los síntomas por la mañana (conocido como “síntomas matutinos”), lo que contrasta con una ligera mejoría hacia la tarde-noche.

2. Pérdida de interés y placer (anhedonia)

La anhedonia es un síntoma clave en la depresión endógena.

Las actividades que antes generaban disfrute, como los hobbies, la comida, o las relaciones sociales, pierden completamente su atractivo. La persona se siente desconectada emocionalmente de las cosas que antes le generaban placer, con una especie de «anestesia de las emociones».

En casos severos, incluso no se experimenta placer en necesidades básicas como comer o la higiene personal.

3. Fatiga y falta de energía

La sensación de agotamiento es un síntoma prominente. Las personas pueden sentirse fatigadas sin haber hecho un esfuerzo significativo, lo que hace que incluso tareas simples como levantarse de la cama o ducharse parezcan insuperables.

La fatiga puede estar presente a lo largo del día, agravada por la alteración en los ritmos circadianos del sueño y el descanso.

4. Alteraciones del sueño

El insomnio es uno de los síntomas más comunes en la depresión endógena, con una tendencia a sufrir insomnio de mantenimiento, es decir, la dificultad para mantener el sueño durante toda la noche.

Muchas personas se despiertan temprano, sin poder volver a dormirse.

Por otro lado, algunos pacientes pueden desarrollar hipersomnia (dormir en exceso), aunque sin sensación de descanso.

El patrón de sueño a menudo se ve alterado, y la variación circadiana contribuye a un mal descanso y al empeoramiento de otros síntomas.

5. Cambios en el apetito y el peso

En la depresión endógena se presentan cambios significativos en el apetito, ya sea una pérdida extrema del deseo de comer o, en menos casos, un aumento considerable del apetito.

Estos cambios conducen a variaciones en el peso, que pueden agravar aún más el estado emocional del paciente. La pérdida de peso es más común debido a la falta de energía y anhedonia.

6. Dificultad para concentrarse y tomar decisiones

Los problemas cognitivos son otro síntoma importante. Las personas con depresión endógena tienen dificultades para concentrarse en tareas simples, lo que repercute en su rendimiento en el trabajo o en actividades cotidianas.

También tienen dificultades para tomar decisiones, incluso sobre cuestiones triviales, y pueden experimentar una sensación constante de confusión o «mente nublada».

7. Sentimientos de inutilidad o culpa excesiva

Las personas con depresión endógena a menudo experimentan una autocrítica desmesurada. Pueden sentirse inútiles o considerar que no han logrado nada en sus vidas, incluso cuando estas percepciones son completamente irracionales.

La culpa excesiva por errores pasados, reales o imaginarios, es común, y estos sentimientos contribuyen a la baja autoestima y el aislamiento.

8. Pensamientos recurrentes de muerte o suicidio

Este es uno de los síntomas más graves de depresión y requiere intervención inmediata.

Las personas con depresión endógena pueden tener pensamientos persistentes sobre la muerte, que pueden ir desde ideas pasivas de querer dejar de existir, hasta la planificación activa de un suicidio.

Estos pensamientos de suicidio son difíciles de controlar y pueden aparecer sin un motivo claro, lo que refleja la naturaleza biológica de la enfermedad.

9. Agitación o enlentecimiento psicomotor

Este síntoma se refiere a cambios en el movimiento y el comportamiento.

Algunas personas pueden mostrar signos de agitación, como moverse continuamente, no poder quedarse quietas o retorcerse las manos.

Por el contrario, otras personas experimentan un enlentecimiento psicomotor, que incluye hablar más despacio, moverse con lentitud e incluso encontrar dificultades para realizar movimientos básicos. En casos muy extremos pueden darse los llamados cuadros de catatonía.

Estos cambios en el comportamiento físico pueden ser evidentes para quienes rodean al paciente.

10. Aislamiento social

El aislamiento es una consecuencia directa de la pérdida de interés en las actividades y del sentimiento de inutilidad. Las personas con depresión endógena tienden a evitar las interacciones sociales, lo que puede crear un ciclo en el que el aislamiento contribuye al empeoramiento de los síntomas. Este retiro social puede llevar a la ruptura de relaciones interpersonales y agravar el sentimiento de soledad.

11. Síntomas psicóticos

En los casos más graves de depresión endógena, pueden aparecer síntomas psicóticos, que incluyen delirios y alucinaciones, vinculados con el estado depresivo.

Cuando aparecen llamamos a esta depresión también depresión psicótica, con síntomas como los siguientes:

A. Delirios de culpa o inutilidad

Creencias irracionales de ser responsable de catástrofes o de ser completamente inútil, sin base en la realidad.

B. Delirios nihilistas

Convicciones de que el mundo o el propio cuerpo han dejado de existir o funcionar correctamente.

C. Alucinaciones auditivas

Escuchar voces que critican, insultan o fomentan la culpa, e incluso incitan a la autolesión. A veces se observa a la persona «hablar sola«, al mantener una conversación con estas.

D. Alucinaciones somáticas

Sentir sensaciones físicas que refuerzan delirios de inutilidad o daño corporal.

Estos síntomas requieren tratamiento especializado y la combinación de antidepresivos y antipsicóticos e incluso en ocasiones tratamiento con terapia electroconvulsiva, especialmente eficaz en la depresión endógena.

12. Variación estacional de los síntomas

En algunos casos, los síntomas de la depresión endógena pueden empeorar durante ciertas épocas del año, sobre todo en invierno, cuando la exposición a la luz solar es menor.

Esto se conoce como «depresión estacional«, y se debe en parte a la disminución de la serotonina y a la alteración del ciclo circadiano que genera la menor cantidad de luz solar. Esta variabilidad estacional es más común en personas que ya padecen depresión endógena, y puede manifestarse con una mayor fatiga, anhedonia y somnolencia diurna.

Para acabar, hay que decir que todos estos síntomas son muy parecidos a los síntomas del trastorno bipolar en la fase de depresión.

Pero su tratamiento es distinto, con lo que es importante distinguir un tipo de depresión de la otra.

¿Qué diferencias hay entre depresión endógena y exógena?

La depresión, aunque comúnmente vista como un único trastorno, puede tener diferentes orígenes.

Dos términos que se utilizan para clasificarla son la depresión endógena y la exógena.

A continuación, te cuento sus principales diferencias:

1. Diferencias entre la Depresión Endógena y la Exógena: Origen o Causa

  • Depresión endógena: Este tipo de depresión está relacionada con factores biológicos o genéticos. No suele estar provocada por un evento externo, sino que se asocia con un desequilibrio en los neurotransmisores del cerebro (como la serotonina o la dopamina). En muchos casos, las personas afectadas tienen antecedentes familiares de trastornos depresivos, lo que sugiere un componente hereditario.
  • Depresión exógena: También conocida como depresión reactiva o situacional, tiene su origen en factores externos o ambientales. Se desencadena como respuesta a un evento estresante o traumático, como la pérdida de un ser querido, un divorcio, o problemas económicos o laborales.

2. Diferencias entre la Depresión Endógena y la Exógena: Síntomas Principales

  • Depresión endógena: Los síntomas suelen ser más graves y persistentes. Incluyen tristeza profunda, pérdida de interés en actividades placenteras, fatiga extrema, alteraciones del sueño, y cambios en el apetito. En este tipo de depresión, los síntomas pueden aparecer sin una causa clara, y tienden a ser más crónicos.
  • Depresión exógena: Los síntomas están claramente vinculados a un evento específico. Aunque pueden ser similares a los de la depresión endógena (tristeza, fatiga, insomnio), tienden a mejorar cuando la persona logra adaptarse o superar la situación desencadenante.

3. Diferencias entre la Depresión Endógena y la Exógena: Tratamiento

  • Depresión endógena: Dado que este tipo de depresión tiene una base biológica, el tratamiento suele centrarse en el uso de medicamentos antidepresivos (como los inhibidores selectivos de la recaptación de serotonina o ISRS) y, en muchos casos, psicoterapia. El tratamiento farmacológico es esencial para corregir el desequilibrio químico en el cerebro.
  • Depresión exógena: El tratamiento generalmente incluye psicoterapia, especialmente la terapia cognitivo-conductual (TCC), para ayudar a la persona a procesar y superar el evento estresante. En algunos casos, se pueden recetar antidepresivos si los síntomas son moderados o graves (también leves si el paciente lo prefiere) o persisten en el tiempo, pero la terapia psicológica juega un papel clave.

4. Diferencias entre la Depresión Endógena y la Exógena: Duración

  • Depresión endógena: Tiende a ser más crónica y puede durar meses o años si no se trata adecuadamente. Las recaídas también son comunes, por lo que puede requerir tratamiento a largo plazo.
  • Depresión exógena: En muchos casos, la depresión exógena desaparece gradualmente a medida que la persona enfrenta la causa subyacente. Sin embargo, si los estresores persisten o la persona no recibe apoyo, puede convertirse en una condición a largo plazo.

5. Diferencias entre la Depresión Endógena y la Exógena: Factores de Riesgo

  • Depresión exógena: Aunque no suele haber un componente genético fuerte, factores como la personalidad, el manejo del estrés y el entorno social influyen en la susceptibilidad a desarrollar este tipo de depresión.
  • Depresión endógena: Tiene una fuerte asociación genética, lo que significa que si alguien en la familia ha sufrido este tipo de depresión, existe una mayor probabilidad de que otro miembro la desarrolle.

Aquí tienes un cuadro resumiendo lo anterior:

Depresión endógenaDepresión exógena
Puede aparecer sin una causa externaProvocada por una o varias causas externas
Tristeza profunda, sensación de anestesia de las emociones.Tristeza normal: la que se siente cuando se pierde a un ser querido
Peor durante el díaPeor por la noche
Te despiertas antes de lo normalCuesta coger el sueño
Lentitud del pensamiento y de los movimientosInquietud en general.
Puede haber paranoiasNo hay paranoias
Diferencias entre la depresión endógena y la exógena

Cómo Empieza una Depresión Endógena

La depresión endógena se caracteriza por no tener un desencadenante externo obvio, como puede ser un evento traumático o una situación de estrés. Su origen está más relacionado con factores biológicos, genéticos y neuroquímicos.

A continuación, te cuento algunos aspectos clave sobre cómo comienza este tipo de depresión:

1. Alteraciones Biológicas y Genéticas

La depresión endógena suele estar vinculada a desequilibrios en los neurotransmisores del cerebro, como la serotonina, dopamina y noradrenalina, que regulan el estado de ánimo.

Estos desequilibrios no surgen necesariamente por una causa externa, sino que pueden ser el resultado de factores genéticos o biológicos.

Las personas con antecedentes familiares de depresión tienen un mayor riesgo de desarrollar este tipo de trastorno.

2. Síntomas Iniciales

La depresión endógena suele comenzar de manera gradual, con síntomas que pueden parecer leves al principio pero que van aumentando en intensidad.

Los primeros indicios pueden incluir:

  • Cambios en el estado de ánimo: Tristeza persistente, sin motivo aparente, que no mejora con el tiempo.
  • Pérdida de interés: Desinterés por actividades que antes resultaban placenteras o estimulantes.
  • Fatiga crónica: Sensación constante de cansancio, incluso sin haber realizado esfuerzo físico significativo.

3. Alteraciones en el Sueño y el Apetito

Las personas que comienzan con una depresión endógena pueden experimentar cambios en sus patrones de sueño, como insomnio o, en algunos casos, hipersomnia (dormir demasiado).

También es común notar una pérdida o aumento significativo del apetito, lo que puede llevar a variaciones en el peso corporal.

4. Despersonalización y Aislamiento

Un signo temprano de depresión endógena es la sensación de desconexión emocional, tanto con uno mismo como con los demás. Las personas afectadas pueden empezar a aislarse socialmente, evitar el contacto con amigos y familiares, y sentirse como si estuvieran «vacíos» o ajenos a su entorno.

5. Dificultades Cognitivas

Conforme avanza, la depresión endógena afecta la capacidad de concentración y toma de decisiones. Las personas pueden tener dificultades para realizar tareas cotidianas, recordar información o mantener la atención, lo que a menudo agrava la sensación de inutilidad o desesperanza.

¿Cuál es la evolución de la depresión endógena?

Si no se trata, la depresión endógena puede volverse crónica, con episodios que duran semanas o meses.

Es fundamental identificar los síntomas iniciales y buscar tratamiento médico temprano para evitar que la enfermedad se profundice.

1. Recuperación Parcial o Remisión

Con un tratamiento adecuado, que generalmente incluye antidepresivos y, en algunos casos, psicoterapia o intervenciones como la terapia electroconvulsiva (TEC), es posible lograr una remisión parcial o total de los síntomas.

Sin embargo, la depresión endógena suele requerir tratamiento prolongado, ya que existe un alto riesgo de recaída si la medicación se interrumpe demasiado pronto.

2. Riesgo de Recaídas

La naturaleza crónica de la depresión endógena implica que muchas personas experimenten recaídas.

Los factores biológicos subyacentes, como el desequilibrio en neurotransmisores (especialmente serotonina, dopamina y noradrenalina), pueden hacer que los episodios depresivos reaparezcan con cierta regularidad, incluso después de largos períodos de estabilidad.

3. Evolución a Largo Plazo

Con el tiempo, algunos pacientes pueden experimentar una disminución en la frecuencia e intensidad de los episodios depresivos, especialmente con un tratamiento bien ajustado y un buen manejo de los factores de riesgo.

No obstante, en otros casos, la enfermedad puede volverse más resistente al tratamiento, requiriendo ajustes continuos en la medicación o la combinación de terapias para mantener la estabilidad.

4. Tratamiento Preventivo

Dado el riesgo elevado de recaídas, es común que los pacientes con depresión endógena reciban tratamiento de mantenimiento a largo plazo.

Esto puede incluir la toma continua de antidepresivos, incluso durante los periodos de remisión, para prevenir nuevos episodios.

También es crucial mantener un estilo de vida saludable y evitar factores de riesgo como el estrés crónico o el abuso de sustancias.

Depresión endógena: tratamiento farmacológico

¿Si la depresión endógena es un tipo de depresión, cuál dirías que es su tratamiento más eficaz?.

Efectivamente, los antidepresivos.

Los antidepresivos son un tratamiento muy eficaz y seguro para la depresión. Y aunque son un poco lentos (2-4 semanas) en empezar a actuar (y por eso muchas personas creen que toman antidepresivos y se siente peor)

Como regla general, en el tratamiento de lo que es una depresión endógena se siguen las mismas reglas que en  las personas con depresión exógena.

Es decir, psicoterapia y medicación para salir de la depresión.

Pero el peso de cada una de ellas es distinto en la endógena.

Y es que, una depresión exógena leve se suele tratar con psicoterapia,

Sin embargo, la depresión endógena presenta una serie de características que hacen que sea necesario tratarlas con medicación antidepresiva.

Y en caso de poder hacer psicoterapia, se tiene que tratar con psicoterapia y medicación.

Tratamiento de la depresión endógena con antidepresivos

Por tanto, de manera muy general, el tratamiento de la depresión endógena se haría en el siguiente orden:

  1. Empezar con un antidepresivo ISRS (inhibidores selectivos de la recaptación de serotonina). Este sería el primer paso habitual, debido a la eficacia y pocos efectos secundarios de estos medicamentos. En este grupo tenemos:
  2. Cambiar a un antidepresivo dual, también llamados ISRSN, como la venlafaxina. Se usan si los ISRS no funcionan o dan efectos secundarios difíciles de llevar. Tenemos:
  3. O cambiar a un antidepresivo de mecanismo mixto. Sobre todo cuando los duales o los ISRS no funcionan o dan muchos efectos secundarios. Aquí tenemos:
  4. Probar la opción no utilizada de entre los apartados 2 y 3.
  5. Antidepresivos tricíclicos como la clomipramina (Anafranil) o combinaciones de los antidepresivos anteriores
  6. Probar con la opción no utilizada en el apartado 5
  7. Tratamientos no farmacológicos como la terapia electroconvulsiva (TEC). Y es que la terapia electroconvulsiva o TEC, es probablemente el tratamiento más eficaz para la depresión endógena, aunque, en general, se deja para casos graves.
  8. Esketamina. Se trata de un nuevo antidepresivo que puede ser útil en las depresiones más resistentes.
  9. En ocasiones, se pueden utilizar otros medicamentos, como los ansiolíticos, para ayudar a mejorar la ansiedad o el sueño. Así, por ejemplo, se puede usar una pastilla para dormir mejor (para lo que sirve el zolpidem, por ejemplo) o disminuir la ansiedad, sobre todo mientras el antidepresivo hace su efecto pleno. Así, el Lexatin sirve para esto también. Las opiniones del lorazepam, del lormetazepam o del alprazolam por ejemplo, son positivas respecto a como realiza esta función. En cambio, al igual que es muy útil para la ansiedad, el diazepam tiene menos utilidad (su efecto dura mucho y puede dejar somnolencia durante la mañana)

Vendría a ser algo así.

Las diferencias a veces pueden deberse a que las depresiones endógenas suelen tener más gravedad que el resto de depresiones, con lo que a veces saltamos el primer paso y vamos directamente a utilizar un antidepresivo dual.

También es habitual que se necesiten dosis de antidepresivos más altas que en otras depresiones.

Pero como te decía, esto es muy general y al final cada caso particular tiene su tratamiento adecuado.

Algunas veces la depresión, si es leve, la trata el médico de atención primaria.

Pero una depresión endógena sería mejor que la tratara siempre un psiquiatra.

Papel de la Psicoterapia en el Tratamiento de la Depresión Endógena

La depresión endógena, caracterizada por causas principalmente biológicas y genéticas, ha sido tradicionalmente tratada con medicación antidepresiva. Sin embargo, la psicoterapia también juega un papel clave en el tratamiento integral de este trastorno, complementando el enfoque farmacológico y mejorando la calidad de vida del paciente.

1. Complemento al Tratamiento Farmacológico

Aunque los antidepresivos son fundamentales en el tratamiento de la depresión endógena, la psicoterapia puede potenciar sus efectos.

A través de intervenciones psicoterapéuticas, los pacientes pueden desarrollar habilidades para afrontar los síntomas emocionales y los factores de estrés que exacerban su condición.

2. Tratamiento de la depresión endógena: Terapia Cognitivo-Conductual (TCC)

La TCC es una de las terapias más efectivas para la depresión endógena. A través de esta intervención, el paciente aprende a identificar y modificar patrones de pensamiento negativos que pueden perpetuar los síntomas depresivos.

Además, la TCC ayuda a mejorar el estado de ánimo al enseñar estrategias activas de afrontamiento y la importancia de la reestructuración cognitiva.

3. Tratamiento de la depresión endógena: Apoyo Emocional y Relacional

La psicoterapia proporciona un espacio seguro para que el paciente exprese sus emociones y se sienta comprendido.

Este apoyo emocional es vital para personas con depresión endógena, ya que les permite manejar mejor la angustia y reforzar sus relaciones interpersonales, disminuyendo el aislamiento común en estos casos.

4. Tratamiento de la depresión endógena: Psicoterapia Interpersonal (TIP)

La TIP se enfoca en mejorar las relaciones personales y el apoyo social del paciente.

En la depresión endógena, que a menudo se acompaña de dificultades en las relaciones interpersonales, la TIP puede ser útil para mejorar la calidad de estas interacciones, reduciendo así los síntomas depresivos relacionados con el aislamiento y los conflictos sociales.

5. Tratamiento de la depresión endógena: Mejora del Cumplimiento Terapéutico

La psicoterapia también favorece la adherencia al tratamiento farmacológico.

A través del trabajo psicoterapéutico, el paciente puede adquirir una mayor comprensión sobre la importancia de seguir el tratamiento y cómo gestionar los posibles efectos secundarios de los medicamentos.

6. Tratamiento de la depresión endógena: Prevención de Recaídas

Uno de los mayores beneficios de la psicoterapia es su capacidad para reducir el riesgo de recaídas en personas con depresión endógena.

Al enseñar estrategias para afrontar los episodios depresivos, gestionar mejor el estrés y modificar conductas autodestructivas, la psicoterapia ofrece herramientas a largo plazo que complementan el tratamiento farmacológico.

¿La depresión endógena se cura?

La pregunta del millón: ¿se puede curar la depresión endógena?.

Antes de ofrecer una respuesta directa, es crucial comprender que el término «curar» en el contexto de la psiquiatría es delicado y a menudo controvertido.

La depresión endógena, que se caracteriza por un origen más «interno» y menos relacionado con factores externos, puede ser especialmente escurridiza en términos de tratamiento.

¿La depresión endógena se cura?: El Rol de los Medicamentos

Los antidepresivos, suelen ser el primer recurso en el tratamiento de la depresión endógena. Estos medicamentos pueden ser efectivos en la regulación de los neurotransmisores que se cree están desequilibrados en este tipo de depresión.

¿La depresión endógena se cura?: Terapias Psicológicas

La terapia cognitivo-conductual (TCC) es otro pilar en el tratamiento. Aunque podría pensar que, al ser «endógena», la depresión está fuera del alcance de las terapias psicológicas, la TCC ha demostrado ser efectiva para ayudar a los pacientes a gestionar sus síntomas.

¿La depresión endógena se cura?: Combinación de Tratamientos

A menudo, una combinación de medicación y terapia psicológica ofrece los mejores resultados. Los enfoques de tratamiento pueden necesitar ajustes continuos y seguimiento a largo plazo.

¿La depresión endógena se cura?: ¿Curación o Control?

Ahora, volvamos a la cuestión de si se puede «curar» la depresión endógena.

La respuesta más precisa es que, para muchas personas, la depresión endógena puede ser «controlada» más que «curada». Es decir, los síntomas pueden minimizarse y la calidad de vida puede mejorarse significativamente con el tratamiento adecuado.

Sin embargo, dada la naturaleza recurrente de la depresión endógena, es posible que se requiera un tratamiento de mantenimiento a lo largo del tiempo.

¿La depresión endógena se cura?: La Importancia de la Individualidad

Finalmente, es fundamental tener en cuenta que cada individuo es único. Lo que funciona para una persona puede no ser efectivo para otra.

Por lo tanto, el plan de tratamiento debe ser personalizado y adaptado a las necesidades específicas de cada paciente.

Conclusión

Mientras que la palabra «cura» podría no aplicarse en el sentido más estricto, el tratamiento efectivo y la gestión de los síntomas son absolutamente posibles.

Con el enfoque de tratamiento adecuado, apoyo y seguimiento continuo, las personas con depresión endógena pueden llevar una vida plena y significativa.

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Sobre el autor

Marc Planella

Nº de colegiado: 080836943

  • Licenciado en Medicina y Cirugía por la Universidad Autónoma de Barcelona - Unidad docente Hospital Vall d'Hebron (2001).
  • Especialista en Psiquiatría por Sant Joan de Déu - Servicios de Salud Mental (2002 - 2006).
  • Formación específica universitaria en tratamiento de depresiones unipolares y bipolares.
  • Especialista universitario en psiquiatría forense.

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10 respuestas

  1. Muchas gracias doctor por sus post, son muy aclaradores.
    Yo sufrí hace 3 años una depresión post parto junto con ansiedad generalizada y estuve tratada con Heipram( primero 20mg , luego 15mg y luego 10mg). La verdad que gracias a la medicación y la terapia me recupere y he estado un tiempo muy bien.
    En junio me retiraron la medicación porque me quede de nuevo embarazada, hasta hace 2 semanas estaba bien, pero me contagie del covid en navidades ( pasé unos días de mucho estrés) y no sé si esto ha sido el desencadenante o que se junta con que también estoy en el ultimo trimestre de embarazo, que tengo anemia o que tengo predisposicion. Según el diagnóstico del terapeuta curso con ansiedad y depresión además que presento TOC ( tengo pensamientos muy recurrentes sobre si en algún momento me quitare del medio ( y me produce una fobia terrible pensarlo) eso me produce mucho desánimo y mucho miedo.
    Ahora vuelvo a estar medicada con Heipram con 5mg y llevo 10 días, he tenido algún dia un pelín mejor.
    Mis preguntas son: se puede volver a salir? El tratamiento és el acertado? Con el tratamiento pueden desaparecer esos pensamientos? Puedo volver a sufrir depresión postparto si ya curso con depresión?
    Muchas gracias por su dedicación. Un saludo!

    1. Hola Aina,
      ante todo felicidades por el embarazo!.

      No sólo se puede volver a salir, sino que vas a volver a salir. Podemos no saber exactamente cuanto tiempo tardarás, pero te recuperarás.
      Parece una buena idea volver a pautar el tratamiento que anteriormente ha funcionado. En general, si funciona una vez es bastante probable que funcione la segunda. A medida que mejores (imagino que de manera parecida al primer episodio) irán bajando de intensidad los síntomas poco a poco, incluidos los pensamientos desagradables.
      Y respecto a la última pregunta, conceptualmente «sólo se puede tener una depresión a la vez». La depresión posparto no deja de ser un tipo de depresión endógena, con ciertas características concretas por temas hormonales y de cambios en la vida de la mujer, pero «si ya tienes depresión no tendrás otra añadida», en todo caso sería la misma.

      Saludos!

  2. Buen dia Marc, gracias por tanta claridad.
    Que opinion tienes de agregar Aripiprazol a la toma de Venlafaxina? Ademas de clonazepam. Es necesario todo? Demasiada medicacion hace pensar que no es posible que vuelva a la normalidad nunca.
    gracias

  3. Muy interesante el post. Tengo una depresión endógena, apareció de repente, todo en mi vida estaba bien y de un día para otro surgió esa sensación casi indescriptible de miedo y vacío que me acompaña durante 13 años. He probado muchos antidepresivos, terapia electroconvulsiva, psicoterapia…..y un sinfín de terapias alternativas. Y cada día estoy más muerta de miedo porque veo que el tiempo pasa y está pesadilla no termina para mí. Estoy muy perdida y no sé qué hacer.

    1. Hola Elisabeth,
      las depresiones endógenas cuando son más resistentes a veces necesitan de tratamientos especiales como la TEC. Aunque a veces se hace muy duro, nunca hay que perder la esperanza. Por ejemplo, en breve saldrá la esketamina que puede ser una opción para tratar depresiones resistentes.
      Mucho ánimo y un saludo.

  4. Buenos días Dr.planella.
    Felicidades por el post de hoy.
    Ha sido un regalo para mi la lectura de la depresión endógena.Todo apunta a que yo la padezco.
    Mi pregunta es, en este caso se tiene que mantener la medicación de por vida para evitar las tan fáciles recaídas???puede haber algún problema a nivel orgànico ???
    Gracias por tanta ayuda.
    Saludos desde Vilafranca del Penedès.
    Rosa.

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