Cuando pensamos en el Trastorno por Déficit de Atención e Hiperactividad (TDAH), solemos asociarlo con los niños. Sin embargo, muchos adultos también lo padecen, aunque sus síntomas pueden pasar desapercibidos durante años. El TDAH en adultos se manifiesta de forma diferente, con problemas para concentrarse, organizarse y controlar impulsos, que pueden afectar tanto la vida profesional como personal. Lo peor es que muchos adultos no saben que lo tienen, lo que agrava el malestar. A lo largo de este artículo, te explicaré qué siente una persona con TDAH del adulto, sus síntomas, y el impacto que tiene en la vida diaria.
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ToggleSíntomas del TDAH en adultos
El TDAH en adultos es un trastorno complejo que afecta de maneras diferentes a cada persona.
A diferencia de los niños, donde la hiperactividad suele ser evidente, en los adultos los síntomas pueden ser más sutiles y difíciles de identificar.
Sin embargo, estos síntomas tienen un impacto profundo en la vida diaria.
A continuación, te explicaré los principales síntomas de forma clara y sencilla para que puedas entender cómo se manifiestan.
Dificultad para mantener la atención
Uno de los problemas más comunes en adultos con TDAH es la dificultad para mantener la atención.
Puede que te pase que, cuando algo realmente te interesa, eres capaz de concentrarte profundamente durante horas. Sin embargo, cuando se trata de tareas cotidianas o que te resultan aburridas, tu mente parece divagar constantemente.
Cosas simples como leer un correo, escuchar una conversación o terminar una tarea en el trabajo pueden volverse un desafío enorme.
A menudo, esta falta de atención hace que la persona con TDAH del adulto sienta que no puede cumplir con sus responsabilidades. Tal vez te distraes fácilmente, saltas de una tarea a otra sin terminar nada o te das cuenta de que estás perdiendo tiempo en detalles irrelevantes. Esto puede generar frustración, ya que quieres concentrarte, pero sientes que no puedes controlar tu atención.
Desorganización
Otro síntoma muy común es la desorganización.
Si tienes TDAH, es probable que te cueste gestionar el tiempo, organizar tus tareas y cumplir con plazos. Tal vez tu escritorio esté siempre lleno de papeles, o te encuentres olvidando citas o tareas importantes con frecuencia. Aunque intentas seguir un plan o hacer una lista de cosas por hacer, te resulta difícil mantener un orden constante.
Esta desorganización no solo afecta a nivel físico, como el espacio de trabajo o la casa, sino también mental. Puede que te sientas abrumado por todas las cosas que tienes pendientes y no sepas por dónde empezar. La falta de estructura en tu día a día puede hacer que sientas que siempre estás corriendo detrás de las responsabilidades, pero sin llegar a cumplirlas de manera efectiva.
Impulsividad
La impulsividad es otro de los síntomas clave del TDAH en adultos, pero se manifiesta de forma diferente que en los niños.
Los adultos no suelen tener la impulsividad física que vemos en los niños (como moverse mucho o no poder quedarse quietos), pero pueden experimentar otro tipo de impulsividad, más relacionada con las decisiones y las palabras.
Por ejemplo, tal vez te cuesta pensar antes de actuar. Es posible que tomes decisiones apresuradas sin pensar en las consecuencias, o digas algo sin haberlo meditado, lo que puede causar malentendidos o problemas en las relaciones personales y profesionales. Esta impulsividad puede generar conflictos en tu vida, ya que a veces las decisiones impulsivas pueden llevarte a situaciones de estrés o arrepentimiento.
Inquietud interna
Aunque muchos adultos con TDAH no muestran la clásica hiperactividad física, suelen siente una inquietud interna constante. Es como si siempre tuvieras una sensación de nerviosismo o agitación, incluso cuando estás sentado o descansando. Esta sensación puede ser agotadora, porque la persona con TDAH del adulto siente que nunca puede relajarse del todo.
Esta inquietud interna puede manifestarse en la necesidad de estar siempre haciendo algo, o en la dificultad para disfrutar de momentos tranquilos. Tal vez te resulte difícil quedarte quieto mientras ves una película o disfrutar de una conversación tranquila sin sentir que tu mente está en otra parte.
Problemas para finalizar tareas
Otro síntoma común en los adultos con TDAH es la dificultad para finalizar tareas. Puede que empieces con mucho entusiasmo un proyecto o una actividad, pero a medida que pasa el tiempo, te resulta difícil mantener el mismo nivel de motivación. A veces, esto significa que dejas las cosas a medias, o que te distraes con otras tareas antes de terminar lo que empezaste.
Así, la persona con TDAH del adulto siente frustración, tanto para ti como para las personas con las que trabaja o convive. Puede que sientas que, aunque tienes buenas intenciones, te cuesta cumplir con lo que te propones. Esto, a su vez, puede afectar tu autoestima y hacer que te sientas incapaz de gestionar tu vida de manera eficiente.
Olvidos frecuentes
Los olvidos frecuentes son otro síntoma que afecta la vida diaria de los adultos con TDAH.
Puede que te cueste recordar cosas sencillas, como dónde dejaste las llaves, cuál era la fecha de una cita importante o incluso lo que acabas de decir o hacer. Estos olvidos pueden ser frustrantes y generar estrés, ya que te llevan a perder tiempo buscando objetos o rectificando tareas que ya habías hecho.
Este tipo de olvidos no son intencionales, y muchas veces no tienen que ver con la falta de interés, sino con la dificultad para mantener la atención en varios aspectos a la vez. La distracción constante hace que sea difícil almacenar y recordar información de manera efectiva.
Estrés y ansiedad
Finalmente, muchos adultos con TDAH también experimentan altos niveles de estrés y ansiedad.
El hecho de lidiar con los síntomas del trastorno —como la falta de atención, la desorganización o la impulsividad— puede hacer que te sientas abrumado en tu día a día. La acumulación de responsabilidades o el temor a no cumplir con las expectativas puede generar un estrés constante.
Además, la ansiedad puede aparecer cuando se intenta anticipar o controlar situaciones en las que la persona con TDAH del adulto siente que podría fallar. Esta combinación de TDAH y ansiedad puede ser debilitante y hacer que te sientas constantemente al borde del colapso.
El desafío del diagnóstico tardío en adultos con TDAH
Una de las mayores dificultades para los adultos con TDAH es que, en muchos casos, el trastorno no se detecta hasta años después, cuando ya se ha vivido mucho tiempo con los síntomas.
De hecho, muchas personas llegan a la adultez sin saber que tienen TDAH, y esto hace que el diagnóstico sea más complicado y frustrante.
Los síntomas en la infancia suelen pasar desapercibidos
En muchos adultos, el TDAH ya estaba presente en la infancia, pero no fue diagnosticado en su momento. Tal vez de niño te costaba prestar atención en clase o seguías las instrucciones con dificultad, pero esas señales fueron interpretadas como “falta de disciplina” o “simple distracción”. Incluso es posible que fueras un estudiante brillante, lo que hacía que nadie sospechara que el TDAH estaba afectando tu capacidad de atención.
A medida que creces, los síntomas cambian y se vuelven más difíciles de detectar. La hiperactividad física que es tan evidente en los niños puede transformarse en una inquietud interna en los adultos, o en una incapacidad para relajarse. Sin embargo, como estos síntomas no encajan con la imagen clásica del TDAH, pasan desapercibidos.
Qué siente una persona con TDAH del adulto: El impacto de vivir sin un diagnóstico
Vivir con TDAH sin un diagnóstico puede ser extremadamente frustrante. Si has tenido que lidiar con los síntomas sin saber que son parte de un trastorno, es posible que hayas desarrollado una sensación de incapacidad o de no estar a la altura de las expectativas. Tal vez te has preguntado muchas veces por qué te cuesta concentrarte, por qué olvidas cosas importantes o por qué te resulta tan difícil organizarte, incluso cuando te esfuerzas.
Este desconocimiento lleva a un autodiagnóstico negativo. Las personas con TDAH suelen pensar que son “perezosas”, “desorganizadas” o “irresponsables”, cuando en realidad lo que está ocurriendo es que su cerebro funciona de una manera diferente. Sin un diagnóstico adecuado, es fácil caer en patrones de autoexigencia poco realistas o en la idea de que nunca serás capaz de controlar tus impulsos o mejorar tu atención.
Qué siente una persona con TDAH del adulto: Dificultad para pedir ayuda
Otro gran desafío del TDAH en adultos es que muchas personas no se sienten cómodas buscando ayuda. A veces, las personas que no han sido diagnosticadas durante su infancia pueden tener la sensación de que, como adultos, “deberían haberlo superado” o “deberían poder controlarse”. Sin embargo, el TDAH es un trastorno crónico que no desaparece con el tiempo, aunque algunas personas aprenden a manejarlo mejor que otras.
Es posible que, como adulto, te cueste pedir ayuda porque piensas que los demás no entenderán por lo que estás pasando. También puede ser difícil aceptar que necesitas apoyo profesional, especialmente si sientes que llevas toda tu vida intentando superar estos problemas por tu cuenta. Esto retrasa aún más el diagnóstico y el tratamiento.
La importancia de un diagnóstico correcto
Recibir un diagnóstico de TDAH en la adultez puede ser un momento revelador y, en muchos casos, liberador. Cuando finalmente tienes un nombre para los síntomas que has experimentado durante años, puedes empezar a abordar el problema de manera efectiva. Ya no se trata de “falta de voluntad” o de que “no eres capaz”, sino de comprender que tu cerebro funciona de manera diferente, y que hay estrategias para manejarlo.
Un diagnóstico correcto te permitirá acceder a tratamientos específicos, como la terapia cognitivo-conductual o medicamentos que ayudan a mejorar la concentración y reducir la impulsividad. También te dará la oportunidad de reorganizar tu vida en torno a un enfoque más realista y compasivo hacia ti mismo.
Qué siente una persona con TDAH del adulto en la vida diaria
El TDAH no solo afecta la capacidad de concentración o la organización, también tiene un impacto profundo en el ámbito emocional. Vivir con TDAH puede ser una experiencia agotadora y frustrante, especialmente cuando te enfrentas a problemas constantes que otros parecen manejar con facilidad.
A continuación, te voy a contar cómo este trastorno afecta las emociones y la autoestima de los adultos que lo padecen.
Qué siente una persona con TDAH del adulto: Frustración constante
Si tienes TDAH, probablemente estés muy familiarizado con la frustración. Esa sensación de querer hacer las cosas bien pero, por alguna razón, siempre encontrarte con obstáculos. Puede que tengas un buen plan para completar una tarea, pero te distraes con algo pequeño y pierdes el enfoque. O tal vez intentas ser puntual, pero siempre llegas tarde porque te olvidaste de algo importante de última hora.
Con el tiempo, esta frustración constante puede generar una sensación de impotencia. Es como si, a pesar de tus mejores esfuerzos, algo te impidiera avanzar de la manera que quisieras. Esa lucha diaria, entre lo que quieres hacer y lo que logras hacer, puede llegar a desgastarte emocionalmente.
Qué siente una persona con TDAH del adulto: Baja autoestima
Otro de los impactos emocionales más comunes del TDAH es la baja autoestima.
Al vivir con el trastorno sin saberlo o sin un tratamiento adecuado, es fácil caer en la trampa de pensar que «no eres capaz» o que «no puedes hacer las cosas bien». Este autodiálogo negativo puede comenzar en la infancia y continuar durante la vida adulta, afectando cómo te ves a ti mismo.
Por ejemplo, si a menudo te olvidas de cosas importantes, te distraes o te cuesta finalizar tareas, es probable que empieces a creer que «eres una persona desorganizada» o «que no eres tan competente como los demás». Estos pensamientos pueden disminuir tu confianza y hacer que te sientas incapaz de enfrentar retos nuevos, lo que te aleja de nuevas oportunidades en la vida profesional y personal.
Qué siente una persona con TDAH del adulto: Sensación de desbordamiento
La sensación de desbordamiento es otro efecto emocional común en los adultos con TDAH.
Debido a los problemas de organización, atención y manejo del tiempo, es fácil que te sientas abrumado por las responsabilidades cotidianas.
Puede que algo tan simple como cumplir con tareas del trabajo, llevar a cabo obligaciones familiares o mantener tu casa en orden te parezca abrumador cuando todo se acumula.
El estrés de intentar manejar tantas cosas a la vez puede hacer que sientas que no puedes con todo, lo que lleva a una sensación constante de estar sobrepasado. Este estado emocional puede generar más ansiedad, haciendo aún más difícil concentrarte y cumplir con tus responsabilidades.
Qué siente una persona con TDAH del adulto: Ciclo de culpabilidad y vergüenza
Uno de los aspectos más dolorosos del TDAH en adultos es el ciclo de culpabilidad y vergüenza que puede desarrollarse. Es común que, al no poder cumplir con las expectativas propias o ajenas, empieces a sentirte culpable por tus fallos. Tal vez te sientas mal por no haber terminado una tarea a tiempo, por no haber prestado atención en una reunión importante o por haber olvidado un compromiso con un ser querido.
La culpabilidad puede llevar a la vergüenza. Te avergüenzas de tus errores, de tus fallos, y empiezas a evitar situaciones en las que podrías volver a fallar. Este ciclo puede ser muy dañino para la salud mental, ya que genera una visión negativa de ti mismo y refuerza la idea de que no eres capaz de hacer las cosas bien.
Relación entre el TDAH y la ansiedad
No es raro que las personas con TDAH también experimenten síntomas de ansiedad físicos (en el cuerpo) o psíquicos («preocupaciones»).
La ansiedad puede surgir como resultado de los síntomas del TDAH, especialmente cuando te enfrentas a situaciones que requieren mucha organización, atención o control de impulsos. Tal vez te preocupas constantemente por si te vas a olvidar de algo importante o por si vas a llegar tarde a una reunión.
Esta preocupación constante puede alimentar la ansiedad, creando un círculo vicioso en el que la ansiedad y el TDAH se retroalimentan, provocando además, por ejemplo, síntomas como tener la sensación de tener pérdida de memoria por la ansiedad
A largo plazo, esto puede afectar seriamente tu bienestar emocional y tu capacidad para funcionar de manera óptima en la vida diaria.
Relación entre el TDAH y la depresión
El impacto emocional del TDAH no se limita a la frustración o la baja autoestima; también puede aumentar el riesgo de desarrollar síntomas de depresión. Sentir que siempre estás luchando por cumplir con las expectativas y no lograrlo puede afectar tu estado de ánimo. Si a esto le sumas la baja autoestima, la sensación de desbordamiento y la vergüenza, es posible que con el tiempo te sientas desanimado o sin esperanza.
La depresión puede empeorar los síntomas del TDAH, y se crea un círculo en al que la persona con TDAH del adulto siente negatividad y baja motivación. Por eso es fundamental reconocer estos síntomas a tiempo y buscar ayuda profesional si sientes que estás cayendo en un estado de tristeza persistente.
Qué siente una persona con TDAH del adulto: La lucha constante por mantener el control
Vivir con TDAH en la adultez es como una montaña rusa emocional y mental. Para muchas personas, el día a día es una lucha constante entre lo que saben que deben hacer y lo que, en realidad, logran hacer.
Esta batalla interna puede ser agotadora, ya que el cerebro de una persona con TDAH funciona de manera diferente, lo que hace que las tareas más sencillas se conviertan en grandes desafíos.
Qué siente una persona con TDAH del adulto en el día a día: Distracciones constantes
Imagina que estás intentando concentrarte en una tarea del trabajo. Sabes que es importante, pero, de repente, tu mente empieza a divagar. Te acuerdas de algo que olvidaste hacer ayer, te distraes con una notificación en el móvil o empiezas a pensar en un nuevo proyecto que te entusiasma más. Esa pequeña distracción se convierte en una cadena interminable de pensamientos que te alejan de lo que realmente deberías estar haciendo.
Este círculo de distracciones es algo con lo que muchos adultos con TDAH tienen que lidiar cada día. No es que no quieran concentrarse o que no les importe su trabajo, es que su cerebro está diseñado para saltar de una cosa a otra. Este patrón se repite a lo largo del día, lo que hace que las personas con TDAH terminen agotadas mentalmente al final de la jornada, sintiendo que, a pesar de sus esfuerzos, no han logrado todo lo que querían.
Qué siente una persona con TDAH del adulto: sensación de estar siempre “detrás”
Para alguien con TDAH, la vida puede parecer una carrera constante en la que siempre están detrás de los demás. Es posible que tengas grandes ideas y proyectos que te entusiasman, pero la falta de organización y la dificultad para terminar las cosas te hace sentir que nunca logras ponerte al día. Siempre hay algo que olvidaste hacer, un correo que no respondiste o una cita que se te pasó por alto.
Este retraso constante crea una sensación de estrés continuo. Puede que te esfuerces al máximo, pero sientes que nunca es suficiente. Esa sensación de no poder «ponerte al día» puede hacer que dudes de tus propias habilidades y que sientas que, sin importar cuánto lo intentes, siempre estás un paso detrás de los demás.
Relacionarse con los demás: un desafío constante
Las relaciones sociales también pueden ser un reto para los adultos con TDAH.
Quizás te resulte difícil seguir el ritmo de una conversación, recordar detalles importantes que alguien te contó o mantener el contacto con amigos o familiares. Estas dificultades pueden generar malentendidos, ya que las personas a tu alrededor pueden pensar que no te importa lo suficiente, cuando en realidad es el TDAH el que interfiere en tu capacidad de estar presente.
Además, la impulsividad puede generar problemas en las relaciones. Tal vez dices algo sin pensarlo, interrumpes a los demás o haces comentarios que luego lamentas.
Así, debido al TDAH del adulto, la persona se siente mal contigo misma y puede afectar negativamente las relaciones personales y profesionales.
Estrategias para mantener el control
A pesar de los desafíos, muchos adultos con TDAH desarrollan estrategias para intentar mantener el control de su vida. Estas estrategias pueden variar de una persona a otra, pero a menudo incluyen herramientas como listas de tareas, recordatorios en el móvil o la búsqueda de estructuras rígidas que les ayuden a organizarse.
- Listas y recordatorios: Si tienes TDAH, es probable que necesites tener todo anotado para no olvidar las cosas importantes. Las listas te permiten organizar tus tareas y priorizar lo que es urgente. Los recordatorios en el móvil pueden ayudarte a cumplir con citas y compromisos.
- Dividir las tareas en partes pequeñas: En lugar de enfrentarte a una gran tarea que puede parecer abrumadora, muchos adultos con TDAH dividen sus actividades en pequeñas partes. De esta manera, es más fácil concentrarse en una sola cosa a la vez y reducir la sensación de desbordamiento.
- Buscar ayuda externa: Para algunas personas, buscar ayuda de un amigo, pareja o colega es una gran estrategia. Tener a alguien que te apoye para cumplir con plazos o recordarte ciertas responsabilidades puede ser un alivio cuando sientes que te cuesta llevar el control solo.
- Tomar descansos frecuentes: Como la concentración sostenida es un desafío, otra estrategia efectiva es tomar descansos frecuentes. Esto permite que tu cerebro se recupere y puedas volver a la tarea con mayor energía y enfoque.
La resiliencia del adulto con TDAH
Vivir con TDAH es una experiencia llena de desafíos, pero también de resiliencia. Muchas personas con este trastorno han aprendido a adaptarse a su manera de funcionar, encontrando formas de ser productivos y cumplir con sus responsabilidades. Aunque la lucha diaria por mantener el control es real, la capacidad de adaptarse y seguir adelante es algo que caracteriza a los adultos con TDAH.
Lo importante es recordar que, aunque el TDAH puede hacer la vida más difícil, no define quién eres. Con las estrategias adecuadas y el apoyo necesario, es posible manejar el trastorno y llevar una vida plena y satisfactoria.
Cómo ayudar a una persona con TDAH del adulto
Convivir con una persona que tiene TDAH puede ser un reto, pero también una oportunidad para aprender a ofrecer apoyo de manera efectiva.
Los adultos con TDAH enfrentan dificultades diarias relacionadas con la organización, la concentración y la gestión de sus emociones, y esto puede influir en sus relaciones personales, incluidas las familiares, de pareja y de amistad.
A continuación, te explico cómo puedes apoyar a un adulto con TDAH en su vida cotidiana, y cómo manejar las situaciones que pueden surgir al convivir con ellos.
1. Convivir con un TDAH adulto: Paciencia y flexibilidad
Convivir con un TDAH adulto requiere paciencia y flexibilidad. Los síntomas del TDAH, como la desorganización, las distracciones frecuentes y la impulsividad, pueden crear tensiones en la convivencia.
A menudo, las personas con TDAH pueden olvidar tareas domésticas o distraerse en medio de una conversación. Por eso, es importante establecer expectativas realistas y no esperar que sigan una rutina de manera perfecta.
En lugar de discutir con un TDAH adulto por pequeños errores o fallos en la organización, una buena estrategia es buscar soluciones colaborativas.
Por ejemplo, utilizar recordatorios visuales o listas compartidas puede ayudar a que las responsabilidades sean más claras y manejables para ambos. Al adoptar una actitud de apoyo, puedes ayudar a reducir la frustración que pueden sentir al no poder cumplir con ciertas expectativas.
2. ¿Una persona con TDAH puede llevar una vida normal?
Es una pregunta frecuente: ¿Una persona con TDAH puede llevar una vida normal?
La respuesta es sí, con el apoyo adecuado y las estrategias correctas.
Aunque el TDAH presenta desafíos únicos, muchos adultos con este trastorno llevan una vida plena y satisfactoria. El acceso a terapias, medicación cuando es necesario, y la implementación de hábitos estructurados puede hacer una gran diferencia en su capacidad para manejar las responsabilidades laborales, familiares y personales.
Sin embargo, es fundamental comprender que lo que es “normal” para una persona con TDAH puede ser diferente a lo que es “normal” para alguien sin el trastorno. Lo importante es que la persona con TDAH encuentre las herramientas que le permitan organizarse y manejar su vida de una manera que funcione para ella.
3. Cómo discutir con un TDAH adulto de manera productiva
Discutir con un TDAH adulto puede ser un reto si no se maneja de manera constructiva. Debido a que las personas con TDAH pueden tener dificultades para controlar impulsos o concentrarse durante una conversación, una discusión puede escalar rápidamente si no se aborda con calma y claridad.
Para discutir de manera productiva, es importante mantener la calma y no atacar los puntos débiles que el TDAH exacerba, como la desorganización o la distracción. En lugar de centrarte en lo que no han hecho bien, trata de enfocarte en cómo encontrar soluciones juntos. Por ejemplo, podrías decir: “Sé que a veces te cuesta recordar las tareas, ¿qué podemos hacer para que esto sea más fácil para ti?”. Esta actitud no solo evita conflictos, sino que también refuerza el apoyo emocional que la persona necesita.
4. Qué siente una persona con TDAH del adulto: Cómo se enamora un hombre con TDAH
El amor en un hombre con TDAH puede ser una experiencia intensa y emocional.
Debido a su impulsividad y capacidad para enfocarse profundamente en las cosas que les apasionan, cuando un hombre con TDAH se enamora, puede volcarse completamente en la relación. Sin embargo, también puede ser propenso a cambios rápidos en su enfoque emocional, lo que puede llevar a momentos de frustración o desinterés repentino.
Es importante entender que estos cambios no significan que no se preocupe por su pareja, sino que su cerebro está procesando las emociones de manera diferente. Una relación con una persona con TDAH puede requerir más comunicación y comprensión. A menudo, estos hombres valoran profundamente la estabilidad emocional que su pareja puede ofrecer, y necesitan apoyo constante para manejar sus emociones y las expectativas dentro de la relación.
5. Estrategias para apoyar a un adulto con TDAH
Para ofrecer un apoyo efectivo a un adulto con TDAH, puedes implementar una serie de estrategias prácticas que mejoren la convivencia y fortalezcan las relaciones:
- Establecer rutinas claras: Las personas con TDAH a menudo luchan con la falta de estructura. Ayudar a crear rutinas claras y predecibles puede darles el apoyo que necesitan para mantener el control en su día a día.
- Uso de herramientas organizativas: Aplicaciones de calendario, listas de tareas y recordatorios visuales son herramientas útiles para las personas con TDAH. Puedes trabajar con ellos para integrar estas herramientas en su vida diaria y así facilitar la organización.
- Reconocer sus logros: Las personas con TDAH suelen sentirse frustradas por las cosas que no logran hacer. Es vital reconocer y celebrar sus pequeños logros para reforzar su confianza y motivación.
- Evitar la sobrecarga de información: Durante conversaciones importantes o discusiones, es útil dividir la información en partes manejables. Darles demasiada información a la vez puede resultar abrumador y hacer que pierdan el foco. Ser conciso y directo es clave.
- Fomentar el autocuidado: El estrés puede empeorar los síntomas del TDAH, por lo que es importante animar a la persona a practicar el autocuidado, ya sea a través del ejercicio, la meditación o simplemente tomarse un tiempo para relajarse.
Qué decir a una persona con TDAH en la adultez
Hablar con alguien que tiene TDAH puede ser un reto si no se entienden bien los síntomas y el impacto que tiene en su vida. Las palabras adecuadas pueden marcar una gran diferencia, brindando apoyo y comprensión. Aquí te dejo algunas frases y enfoques que pueden ser útiles para animar y acompañar a un adulto con TDAH y hacer que se siente mejor.
1. «Entiendo que no es fácil para ti, y estoy aquí para ayudarte.»
Es importante que la persona con TDAH sepa que no está sola en su lucha. Al decirle que entiendes que está enfrentando desafíos reales y que estarás allí para apoyarla, estás validando sus emociones y reforzando la idea de que tiene un sistema de apoyo. Esta frase les quita el peso de sentirse solos en su lucha diaria.
2. «¿Cómo puedo ayudarte a organizar esto?»
A menudo, los adultos con TDAH se sienten abrumados por la falta de organización o el caos en su entorno. En lugar de criticar o señalar el desorden, una manera mucho más útil es ofrecer ayuda práctica. Esta frase abre la puerta a un diálogo colaborativo, en el que la persona puede sentir que está recibiendo apoyo en lugar de juicio.
3. «Lo estás haciendo muy bien, incluso con las dificultades.»
Es fundamental reconocer los esfuerzos que una persona con TDAH hace para gestionar su vida, incluso si los resultados no siempre son perfectos. Al decirles que aprecias su esfuerzo y reconocer las dificultades que enfrenta, les estás dando un refuerzo positivo que puede aumentar su confianza y motivación.
4. «Todos tenemos días difíciles, mañana será mejor.»
Cuando alguien con TDAH está pasando por un mal día, puede ser fácil para ellos caer en la trampa de pensar que siempre será así. Recordarles que todos tienen altibajos y que las cosas pueden mejorar es una forma sencilla de aliviar su angustia y darles una perspectiva más equilibrada.
5. «Estoy orgulloso/a de ti por haber hecho esto.»
Las personas con TDAH a menudo se sienten desmotivadas o frustradas por las tareas que dejan a medias o las que les cuestan más. Cuando logran algo, por pequeño que sea, es importante reconocer sus logros. Decirles que estás orgulloso de lo que han hecho puede aumentar su autoestima y hacer que se sientan más capaces de enfrentar otros desafíos.
6. «Sé que estás haciendo tu mejor esfuerzo.»
A veces, lo que más necesita escuchar una persona con TDAH es que los demás reconocen que está haciendo su mejor esfuerzo. Esta frase transmite comprensión y aceptación, lo que reduce la presión que pueden sentir al no cumplir con ciertas expectativas.
Qué no decir a una persona con TDAH del adulto
Hablar con alguien que tiene TDAH requiere sensibilidad y comprensión, ya que ciertas frases, aunque sean comunes, pueden resultar desalentadoras o hacer que la persona se sienta incomprendida.
Aquí te dejo una lista de lo que es mejor evitar decir, para no agravar su frustración ni reforzar estigmas negativos.
1. «Todos somos un poco distraídos a veces.»
Aunque esta frase pueda parecer un intento de normalizar los síntomas del TDAH, minimiza la gravedad del trastorno. Las personas con TDAH no son solo «un poco distraídas»; su incapacidad para concentrarse o mantener el foco es una lucha constante que afecta su vida diaria de manera profunda. Decir esto puede hacer que sientan que no se toma en serio lo que están viviendo.
2. «Solo necesitas concentrarte más.»
El TDAH no es simplemente una falta de esfuerzo o concentración, es una condición neurológica que afecta cómo funciona el cerebro. Sugerir que la solución es simplemente «concentrarse más» es ignorar la naturaleza del trastorno. La persona con TDAH suele esforzarse más de lo que los demás ven, y este tipo de comentario puede hacer que se sientan aún más frustrados por no poder cumplir con expectativas externas.
3. «¿Por qué no puedes ser más organizado?»
La organización es una de las áreas más afectadas en las personas con TDAH. Decirles que deben ser más organizados es como decirles que «simplemente deberían cambiar» una de las características más centrales de su trastorno. Este tipo de comentario puede generar sentimientos de culpa o vergüenza, ya que el desorden no es una elección, sino parte de la forma en que funciona su cerebro.
4. «Deja de usar el TDAH como excusa.»
Para alguien con TDAH, los síntomas del trastorno no son una excusa, sino una realidad diaria. Decir esto puede hacer que la persona sienta que se está cuestionando su capacidad o integridad, y puede llevar a que se retraigan o dejen de buscar apoyo. Esta frase puede ser especialmente dañina si están haciendo un esfuerzo para mejorar, pero aún enfrentan dificultades.
5. «No parece que tengas TDAH.»
El TDAH en adultos puede no ser tan evidente como en los niños, y muchos adultos desarrollan mecanismos para sobrellevar sus síntomas, lo que a veces hace que el trastorno sea menos visible para los demás. Decir «no parece que tengas TDAH» puede invalidar su experiencia, haciéndoles sentir que sus problemas no son reales o que no tienen derecho a buscar ayuda o apoyo.
6. «Solo es cuestión de organizarte mejor.»
Esta es una frase muy común, pero ineficaz para las personas con TDAH. La falta de organización es un síntoma clave del trastorno, y aunque las personas con TDAH suelen intentar ser más organizadas, la estructura no viene de forma natural para ellos. Sugerir esto puede generar más estrés y hacer que se sientan inadecuados o incapaces de cumplir con las expectativas.
7. «¿No es algo que solo afecta a los niños?»
Aunque el TDAH se diagnostica con más frecuencia en la infancia, es un trastorno que continúa en la adultez en muchos casos. Esta frase muestra una falta de comprensión sobre la realidad del TDAH en adultos y puede hacer que la persona se sienta incomprendida o aislada. El TDAH no desaparece simplemente con la edad, y este comentario puede reforzar la idea errónea de que los adultos «deberían haberlo superado».
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Sobre el autor
Marc Planella
Nº de colegiado: 080836943
- Licenciado en Medicina y Cirugía por la Universidad Autónoma de Barcelona - Unidad docente Hospital Vall d'Hebron (2001).
- Especialista en Psiquiatría por Sant Joan de Déu - Servicios de Salud Mental (2002 - 2006).
- Formación específica universitaria en tratamiento de depresiones unipolares y bipolares.
- Especialista universitario en psiquiatría forense.
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