La depresión atípica es un tipo específico de trastorno depresivo que presenta síntomas diferentes a los de la depresión mayor clásica. Si bien puede incluir tristeza profunda y falta de energía, esta variante se caracteriza por síntomas adicionales, como una mayor sensibilidad emocional y reactividad al ambiente. Identificar la depresión atípica puede ser complejo, ya que en algunos casos se asocia a un diagnóstico de trastorno bipolar. A continuación, te contaré cómo reconocer sus síntomas, entender sus causas y cuáles son los tratamientos más efectivos para esta condición.
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Toggle¿Qué es la depresión atípica?
La depresión atípica es un tipo de trastorno depresivo que, aunque comparte algunas características con la depresión mayor, presenta síntomas únicos que la diferencian de otros tipos de depresión.
Se le llama “atípica” porque los síntomas no siguen el patrón clásico de la depresión, como el estado de ánimo constantemente bajo o la falta de reactividad emocional. En la depresión atípica, las personas pueden experimentar cambios de ánimo reactivos, es decir, su estado de ánimo puede mejorar ante situaciones positivas.
Además, otros síntomas como la hipersensibilidad emocional, la fatiga extrema o una mayor necesidad de sueño son comunes en quienes padecen este tipo de depresión. Las personas con depresión atípica a menudo sienten un peso constante en sus extremidades, lo que se conoce como «parálisis de plomo», que les hace difícil realizar tareas cotidianas.
Esta variante de la depresión también puede incluir un aumento en el apetito, algo que no se suele ver en la depresión clásica. Todos estos síntomas hacen que la depresión atípica pueda ser difícil de identificar, ya que se puede confundir con otros trastornos, como el trastorno bipolar. Esto se debe a que en algunos casos, la presencia de síntomas atípicos aumenta la probabilidad de que la depresión esté relacionada con un trastorno bipolar y no sea únicamente un episodio depresivo unipolar.
Reconocer la depresión atípica es fundamental para recibir el tratamiento adecuado, ya que cada tipo de depresión responde de manera distinta a los tratamientos disponibles. En los siguientes apartados, veremos en detalle cuáles son los síntomas específicos, las posibles causas y los enfoques de tratamiento para esta condición.
Causas y factores de riesgo
Entender las causas de la depresión atípica puede ser complicado, ya que, como en otros tipos de depresión, no existe una sola razón que explique su aparición. Sin embargo, se han identificado algunos factores que pueden influir en el desarrollo de esta condición. A continuación, te explico los más relevantes:
- 1. Factores genéticos
La genética puede jugar un papel importante en el riesgo de desarrollar depresión atípica dado que tiene un componente hereditario. Si tienes antecedentes familiares de depresión, ansiedad u otros trastornos del estado de ánimo, es posible que tengas una mayor predisposición a desarrollar algún tipo de depresión, incluyendo la atípica.
Los estudios han demostrado que ciertos genes están asociados con una mayor probabilidad de sufrir depresión, y este riesgo aumenta si ambos padres han experimentado trastornos del estado de ánimo.
- 2. Desequilibrios químicos en el cerebro
Como en otras formas de depresión, la depresión atípica puede estar vinculada a desequilibrios en los neurotransmisores del cerebro, como la serotonina, la dopamina y la norepinefrina. Estos neurotransmisores regulan el estado de ánimo y las emociones, por lo que sus niveles bajos o irregulares pueden contribuir a la aparición de síntomas depresivos. Además, este desequilibrio químico puede influir en síntomas específicos de la depresión atípica, como la reactividad del estado de ánimo y la hipersensibilidad al rechazo.
- 3. Factores ambientales y de estilo de vida
Los factores externos también tienen un impacto significativo en el desarrollo de la depresión atípica. Situaciones de estrés crónico, eventos traumáticos o problemas en el ámbito laboral, académico o familiar pueden aumentar el riesgo de padecer este tipo de depresión. Las personas que atraviesan cambios importantes en su vida, como una pérdida personal, problemas de pareja o situaciones de abuso, pueden ser especialmente vulnerables a desarrollar síntomas depresivos.
Además, los hábitos de vida, como una alimentación poco saludable, el sedentarismo o el abuso de sustancias como el alcohol y las drogas, también pueden predisponer al desarrollo de depresión. Estos factores, combinados con la predisposición genética y los desequilibrios químicos, crean un entorno en el que la depresión atípica puede florecer.
Síntomas de la depresión atípica
La depresión atípica presenta un conjunto de síntomas únicos que la distinguen de otros tipos de depresión. Estos síntomas pueden variar de una persona a otra, pero en general existen algunas características específicas que permiten identificar esta condición.
A continuación, te explico cuáles son los síntomas más comunes de la depresión atípica:
- 1. Reactividad del estado de ánimo
A diferencia de la depresión clásica, en la depresión atípica el estado de ánimo es más reactivo. Esto significa que la persona puede experimentar una mejoría temporal en su ánimo cuando ocurre algo positivo, como recibir buenas noticias o pasar tiempo con amigos.
Sin embargo, esta mejora es pasajera, y rápidamente vuelve a sentir tristeza o desánimo cuando las circunstancias cambian. Este tipo de reactividad es una de las señales que diferencia a la depresión atípica de otras formas de depresión, donde el estado de ánimo tiende a ser bajo de manera constante.
- 2. Aumento del apetito y ganancia de peso
Mientras que la pérdida de apetito es común en otras formas de depresión, en la depresión atípica ocurre lo contrario: suele presentarse un aumento del apetito, en especial una inclinación por los alimentos ricos en carbohidratos.
Como resultado, las personas con depresión atípica pueden experimentar un aumento de peso significativo. Este síntoma puede ser particularmente frustrante, ya que los cambios en el peso suelen afectar también la autoestima y la percepción de uno mismo.
- 3. Hipersomnia o exceso de sueño
Otra característica común de la depresión atípica es la hipersomnia, es decir, la tendencia a dormir en exceso. Las personas con este tipo de depresión pueden dormir muchas horas durante la noche y aun así sentir la necesidad de tomar siestas durante el día.
Este síntoma se diferencia de la depresión típica, en la cual es más común el insomnio o la dificultad para conciliar el sueño.
- 4. Sensación de pesadez de las extremidades (“parálisis de plomo”)
La “parálisis de plomo” es una expresión que se utiliza para describir la sensación de pesadez en las extremidades, como si llevaras un peso adicional en brazos y piernas. Esta pesadez extrema hace que incluso las tareas más sencillas, como levantarse de la cama o realizar actividades cotidianas, se sientan agotadoras. La sensación de parálisis de plomo es un síntoma característico de la depresión atípica y no suele encontrarse en otros tipos de depresión.
- 5. Sensibilidad extrema al rechazo
La hipersensibilidad al rechazo es otro síntoma común en la depresión atípica. Las personas con este tipo de depresión suelen experimentar una gran angustia ante la posibilidad de ser rechazadas o criticadas, lo que afecta su autoestima y las lleva a evitar ciertas situaciones sociales. Este temor constante al rechazo puede tener un impacto significativo en sus relaciones personales y laborales, y contribuye a que se sientan constantemente inseguras y vulnerables.
Relación entre depresión atípica y trastorno bipolar
La depresión atípica comparte algunos síntomas con otros trastornos del estado de ánimo, y en algunos casos, puede ser una señal de que la persona padece en realidad un trastorno bipolar.
Entender esta conexión es fundamental para obtener un diagnóstico preciso, ya que el tratamiento de la depresión unipolar (depresión mayor) y el trastorno bipolar suele ser diferente.
- 1. Depresión atípica como indicador de trastorno bipolar
No todas las personas con depresión atípica tienen trastorno bipolar, pero ciertos estudios sugieren que la presencia de síntomas atípicos aumenta la probabilidad de que se trate de una depresión asociada a la bipolaridad, especialmente si también experimentan episodios de manía o hipomanía. Esto significa que, cuando alguien presenta síntomas de depresión atípica, es importante evaluar si existen cambios extremos en el estado de ánimo que podrían indicar la presencia de un trastorno bipolar.
Por ejemplo, una persona con trastorno bipolar puede experimentar episodios depresivos con síntomas atípicos, como una alta reactividad emocional y una mayor sensibilidad al rechazo, y alternar con periodos de energía elevada o impulsividad, características típicas de la manía o hipomanía.
- 2. Síntomas que alertan sobre una posible bipolaridad
Hay ciertos síntomas de la depresión atípica que, al presentarse en conjunto, pueden hacer que un profesional de la salud considere la posibilidad de un trastorno bipolar.
Algunos de estos síntomas incluyen:
- Reactividad del estado de ánimo: Aunque este síntoma es común en la depresión atípica, cuando se presenta junto con episodios de energía alta o cambios extremos de ánimo, puede ser un indicador de bipolaridad.
- Parálisis de plomo: Esta sensación de pesadez extrema en las extremidades es característica de la depresión atípica, pero también se observa en algunos episodios depresivos de personas con trastorno bipolar.
- Ciclos de ánimo extremos: Si los cambios de ánimo de la persona son especialmente intensos o se alternan con periodos de alta energía o irritabilidad, podrían ser síntomas de un trastorno bipolar.
La combinación de estos síntomas puede llevar al psiquiatra a evaluar si el paciente padece un trastorno bipolar, en lugar de una depresión unipolar o mayor.
- 3. La importancia de un diagnóstico preciso
Dado que los tratamientos para la depresión atípica y el tratamiento del trastorno bipolar pueden diferir significativamente, es esencial que el diagnóstico sea lo más preciso posible. La depresión atípica responde bien a ciertos tratamientos como los antidepresivos, mientras que, en el trastorno bipolar, el uso exclusivo de antidepresivos puede agravar los síntomas maníacos o hipomaníacos. Por eso, cuando se sospecha de bipolaridad, los profesionales suelen recomendar tratamientos estabilizadores del ánimo, como el litio o diferentes tipos de antipsicóticos como la quetiapina, en lugar de antidepresivos.
Cómo saber si tengo depresión atípica
Existen ciertos criterios y herramientas que los profesionales de la salud mental utilizan para identificar este tipo de depresión y diferenciarla de otros trastornos.
- 1. Criterios diagnósticos
Para diagnosticar la depresión atípica, los profesionales de la salud se basan en un conjunto de criterios específicos, que incluyen:
- Reactividad del estado de ánimo: La persona experimenta una mejoría temporal en su estado de ánimo en respuesta a eventos positivos. Esta reactividad es una característica esencial que diferencia a la depresión atípica de otros tipos de depresión, en los que el ánimo suele ser bajo de forma constante.
- Hipersomnia: A diferencia de la depresión típica, donde el insomnio es común, la depresión atípica se asocia con un aumento de las horas de sueño o una necesidad constante de dormir.
- Aumento del apetito y ganancia de peso: Otro síntoma característico de la depresión atípica es el aumento del apetito, lo que puede llevar a una ganancia de peso significativa.
- Sensación de “parálisis de plomo”: La persona puede experimentar una sensación de pesadez en los brazos y piernas, como si llevara un peso extra, lo cual dificulta las actividades diarias.
- Hipersensibilidad al rechazo: Las personas con depresión atípica suelen experimentar una gran angustia ante la posibilidad de ser rechazadas o criticadas, lo que puede afectar sus relaciones y autoestima.
Para que se confirme un diagnóstico de depresión atípica, estos síntomas deben estar presentes durante un período prolongado y afectar significativamente la calidad de vida de la persona.
- 2. Entrevistas clínicas
El diagnóstico de la depresión atípica se realiza principalmente a través de entrevistas clínicas con un psiquiatra o psicólogo. Durante la entrevista, el profesional recopila información detallada sobre los síntomas, su duración y la forma en que afectan la vida diaria de la persona. También se exploran posibles antecedentes familiares de trastornos del estado de ánimo, ya que esto puede influir en el diagnóstico y tratamiento.
La entrevista clínica también permite al profesional evaluar si existen síntomas de otros trastornos, como el trastorno bipolar, que pueden estar relacionados con la depresión atípica. Esto es crucial, ya que un diagnóstico erróneo podría llevar a un tratamiento inadecuado.
- 3. Cuestionarios y escalas de evaluación
Además de la entrevista clínica, existen cuestionarios y escalas de evaluación que pueden ayudar a los profesionales a diagnosticar la depresión atípica. Algunos de los más utilizados son:
- Inventario de Depresión de Beck (BDI): Una herramienta que mide la severidad de los síntomas depresivos y ayuda a evaluar el impacto de la depresión en la vida del paciente.
- Cuestionario de Depresión Atípica (QIDS): Este cuestionario está diseñado específicamente para evaluar síntomas de depresión atípica y puede ser útil para identificar síntomas únicos de esta variante.
- Escala de Evaluación de Manía de Young (YMRS): En los casos en que se sospecha de trastorno bipolar, esta escala ayuda a evaluar síntomas de manía o hipomanía y a diferenciar entre depresión unipolar y bipolar.
Estos instrumentos de evaluación permiten a los profesionales obtener una visión más completa de los síntomas y contribuyen a confirmar el diagnóstico de depresión atípica. Sin embargo, es importante recordar que estas herramientas deben utilizarse junto con la entrevista clínica y la evaluación general de cada caso.
- 4. Importancia de un diagnóstico temprano
Obtener un diagnóstico temprano de depresión atípica es esencial para iniciar un tratamiento adecuado y mejorar la calidad de vida de la persona. Identificar la depresión atípica a tiempo permite a los profesionales de la salud mental establecer un plan de tratamiento específico que aborde tanto los síntomas de la depresión como las posibles condiciones coexistentes, como el trastorno bipolar.
Tratamiento de la depresión atípica
El tratamiento de la depresión atípica requiere un enfoque integral que tenga en cuenta sus síntomas específicos y cualquier trastorno coexistente, como el trastorno bipolar.
A continuación, te explico las opciones de tratamiento más comunes.
- 1. Medicación
El tratamiento farmacológico es una parte fundamental del manejo de la depresión atípica. Los antidepresivos, en particular los inhibidores selectivos de la recaptación de serotonina (ISRS), como la fluoxetina y la sertralina, suelen ser prescritos para ayudar a equilibrar los niveles de serotonina en el cerebro y mejorar el estado de ánimo.
Un concepto clásico de la depresión atípica es que responden bien a los inhibidores de la monoaminooxidasa (IMAO). Aunque su uso actualmente muy poco común debido a las restricciones dietéticas y los posibles efectos secundarios que generan.
A veces es eficaz la combinación de antidepresivos y litio, principalmente cuando no se responde bien a los primeros.
En los casos en que la depresión atípica está relacionada con el trastorno bipolar, se pueden prescribir estabilizadores del ánimo. Por ejemplo el litio o el ácido valproico, para evitar episodios de manía o hipomanía, así como antipsicóticos atípicos como la quetiapina o la lurasidona.
Es importante recordar que la medicación debe ser administrada y supervisada por un psiquiatra. Y es que cada caso es único y los medicamentos deben ajustarse a las necesidades específicas de cada persona.
- 2. Terapia cognitivo-conductual (TCC)
La terapia cognitivo-conductual (TCC) ayuda a las personas a identificar y modificar los patrones de pensamiento negativos que contribuyen a los síntomas depresivos. En el caso de la depresión atípica, la TCC puede ayudar a reducir la hipersensibilidad al rechazo. También a mejorar la forma en que la persona reacciona ante las emociones y situaciones difíciles.
Durante las sesiones de TCC, el terapeuta trabaja con el paciente para desarrollar estrategias de afrontamiento y construir una mentalidad más resiliente. La TCC también incluye técnicas de exposición gradual que pueden ser útiles para enfrentar los miedos sociales y mejorar la autoestima.
- 3. Cambios en el estilo de vida
Los cambios en el estilo de vida también juegan un papel importante en el tratamiento de la depresión atípica. Aunque no sustituyen a la terapia o a la medicación, ciertas prácticas pueden ayudar a mejorar los síntomas y el bienestar general. Aquí algunos ejemplos:
- Ejercicio físico: La actividad física regular ayuda a liberar endorfinas y serotonina. Estos neurotransmisores pueden mejorar el estado de ánimo y reducir la sensación de pesadez o “parálisis de plomo” en el cuerpo.
- Sueño adecuado: La hipersomnia es un síntoma común en la depresión atípica. Mantener una rutina de sueño estable puede ayudar a reducir el cansancio extremo. Evitar las siestas largas durante el día y establecer horarios regulares de sueño puede ser útil.
- Alimentación balanceada: Seguir una dieta equilibrada y rica en nutrientes puede mejorar los niveles de energía. También ayudar a reducir la ganancia de peso relacionada con el aumento del apetito. Evitar el consumo excesivo de carbohidratos simples y elegir opciones saludables puede ser beneficioso.
- Red de apoyo: Mantener una red de apoyo social y emocional es fundamental. Aunque la depresión atípica puede hacer que el rechazo se sienta más intenso, hablar con amigos, familiares o grupos de apoyo puede ayudar a la persona con depresión a sobrellevar la carga emocional. Y de este modo proporcionar un entorno seguro para compartir experiencias, frases para la depresión y recibir comprensión.
4. Terapias complementarias
Algunas personas encuentran alivio en terapias alternativas que complementan los tratamientos tradicionales. Entre estas opciones, la meditación, el mindfulness y el yoga se han mostrado efectivos para reducir el estrés y mejorar la regulación emocional. Estas prácticas pueden ayudar a las personas con depresión atípica a sentirse más conectadas con el presente y a reducir la intensidad de sus síntomas.
Otra terapia complementaria es la terapia de luz (fototerapia), especialmente útil para aquellos pacientes que experimentan síntomas depresivos más intensos durante los meses de invierno. Esta terapia ayuda a regular los ciclos de sueño y vigilia, y puede reducir la sensación de fatiga que acompaña a la depresión atípica.
Pronóstico de la depresión atípica
La depresión atípica es un subtipo de trastorno depresivo mayor que presenta características diferenciadas, como aumento del apetito, hipersomnia, reactividad emocional y una mayor sensibilidad al rechazo. Aunque sus síntomas pueden parecer menos incapacitantes que en otras formas de depresión, su pronóstico depende de varios factores.
Factores que influyen en el pronóstico:
- Reconocimiento temprano y diagnóstico adecuado
He observado que un diagnóstico precoz mejora significativamente el pronóstico. Identificar los síntomas específicos de la depresión atípica permite iniciar un tratamiento más ajustado a las necesidades del paciente, reduciendo el riesgo de complicaciones. - Adherencia al tratamiento
Los pacientes con depresión atípica suelen responder bien a los inhibidores de la recaptación de serotonina (ISRS) o a medicamentos como la bupropión. Sin embargo, la efectividad depende de que el paciente siga correctamente el plan terapéutico, tanto en lo farmacológico como en la psicoterapia. - Comorbilidades
La depresión atípica suele coexistir con otros trastornos, como la ansiedad social o el trastorno bipolar. Estas condiciones pueden complicar el manejo y prolongar el tiempo necesario para alcanzar la remisión, afectando el pronóstico. - Apoyo social y estilo de vida
Un entorno social favorable, con apoyo de familiares y amigos, mejora significativamente las posibilidades de recuperación. Además, cambios en el estilo de vida, como incorporar actividad física y estrategias para manejar el estrés, contribuyen a un mejor manejo de los síntomas.
Pronóstico a corto y largo plazo:
- Corto plazo: Con un tratamiento adecuado, muchos pacientes experimentan una mejora notable en sus síntomas en las primeras semanas o meses. Sin embargo, la reactividad emocional y los síntomas físicos pueden tardar más en estabilizarse.
- Largo plazo: Sin tratamiento, la depresión atípica puede cronificarse o aumentar el riesgo de recurrencias. En cambio, con un enfoque integral, el pronóstico a largo plazo es positivo, aunque algunos pacientes pueden necesitar un mantenimiento prolongado para evitar recaídas.
Depresión atípica o “sonriente”
La depresión atípica a veces se confunde con lo que coloquialmente se llama «depresión sonriente», una forma de depresión en la que la persona parece funcional. Además parece capaz de mantener una fachada de normalidad ante los demás. En la depresión sonriente, el individuo suele ocultar sus sentimientos depresivos detrás de una apariencia alegre o despreocupada. Esto puede dificultar que quienes están a su alrededor perciban su sufrimiento. Aunque no son lo mismo, existen algunas similitudes entre la depresión atípica y la «depresión sonriente», lo cual puede causar cierta confusión.
- Similitudes entre la depresión atípica y la depresión sonriente
La depresión atípica y la «depresión sonriente» comparten algunos aspectos en común que hacen que, a primera vista, puedan parecer similares.
En ambas:
- El estado de ánimo es reactivo: Tanto en la depresión atípica como en la «depresión sonriente», la persona puede experimentar momentos de alegría temporal cuando ocurre algo positivo. Esta reactividad emocional permite que las personas con depresión sonriente mantengan una apariencia socialmente aceptable, aunque su estado de ánimo general siga siendo bajo.
- Alta funcionalidad externa: Las personas con «depresión sonriente» suelen ser funcionales y pueden cumplir con sus responsabilidades diarias, incluso si se sienten abatidas internamente. En la depresión atípica, algunas personas también logran mantener ciertas actividades sociales y laborales, aunque la carga emocional sea significativa.
- Sensibilidad al rechazo y al juicio social: Ambas condiciones pueden estar acompañadas de una hipersensibilidad al rechazo o de un temor al juicio de los demás. Esto puede hacer que las personas traten de ocultar su tristeza o sus síntomas depresivos para evitar parecer “débiles” o “vulnerables”.
- Diferencias clave
A pesar de sus similitudes, existen diferencias importantes entre la depresión atípica y la «depresión sonriente». La depresión atípica es una enfermedad reconocida clínicamente y definida por síntomas específicos. Por ejemplo el aumento del apetito, la hipersomnia (exceso de sueño) y la sensación de pesadez en las extremidades, conocida como «parálisis de plomo». Estos síntomas físicos y emocionales no suelen aparecer en la «depresión sonriente». Esta, generalmente se refiere a un tipo de depresión que la persona intenta disimular para evitar que los demás perciban su malestar.
Otra diferencia es que la depresión atípica se asocia con ciertos factores de riesgo específicos. Estos son una predisposición genética y una conexión con el trastorno bipolar en algunos casos. En la «depresión sonriente», estos factores pueden o no estar presentes. Así, la principal característica es la discrepancia entre la imagen externa de felicidad y el dolor emocional interno.
¿La depresión atípica es más peligrosa que la depresión común?
La depresión atípica y la depresión común (o depresión mayor típica) son variantes de un mismo trastorno, pero presentan características diferentes que pueden influir en su diagnóstico y tratamiento. No se puede decir que una sea inherentemente más peligrosa que la otra, pero la depresión atípica puede plantear desafíos particulares que deben ser considerados.
¿Por qué podría considerarse más peligrosa la depresión atípica?
La depresión atípica no es necesariamente más peligrosa, pero presenta riesgos particulares:
- Diagnóstico tardío: Debido a la presencia de síntomas menos «clásicos», puede ser malinterpretada o pasar desapercibida. Esto retrasa el inicio del tratamiento adecuado.
- Mayor riesgo de automedicación: Algunas personas con depresión atípica recurren a estrategias poco saludables, como comer en exceso o consumir sustancias, para lidiar con sus emociones.
- Mayor impacto funcional: La hipersensibilidad al rechazo y el aislamiento social pueden tener consecuencias graves en la vida personal y laboral del paciente.
- Asociación con otras enfermedades: La depresión atípica se relaciona frecuentemente con trastornos como la ansiedad, lo que puede complicar su manejo.
Ejemplos reales de este tipo de depresión
Para entender mejor cómo puede presentarse la depresión atípica, vamos a ver algunos ejemplos prácticos.
Estos casos ilustran cómo los síntomas de esta enfermedad afectan la vida diaria de las personas y cómo se diferencian de los síntomas de la depresión típica.
- Ejemplo 1: María y la reactividad emocional
María es una persona que, a simple vista, parece tener días buenos y malos, como cualquiera. Sin embargo, su estado de ánimo cambia dependiendo de lo que ocurra a su alrededor. Si recibe un cumplido de un amigo o tiene un logro pequeño en el trabajo, experimenta una leve subida en su ánimo. Sin embargo, esta mejora es temporal, y en cuanto la situación cambia o termina, María vuelve a sentir una profunda tristeza y desmotivación.
Este tipo de reactividad emocional es característico de la depresión atípica. A diferencia de la depresión mayor, donde el estado de ánimo suele ser constantemente bajo, María experimenta una breve mejoría cuando algo positivo sucede, pero esta alegría es fugaz y no perdura.
- Ejemplo 2: Luis y la “parálisis de plomo”
Luis siente que llevar a cabo sus tareas cotidianas es cada vez más difícil. Describe una sensación de pesadez extrema en brazos y piernas, como si estuviera cargando peso adicional. Esta “parálisis de plomo” le impide realizar actividades simples, como levantarse de la cama, hacer ejercicio o incluso pasear. Esta pesadez es agotadora y lo hace sentirse desmotivado, lo cual le genera frustración y empeora su estado de ánimo.
Este síntoma, específico de la depresión atípica, afecta profundamente la vida de Luis y es uno de los factores que lo diferencia de una depresión clásica, donde la fatiga puede estar presente, pero no de una forma tan física y localizada.
- Ejemplo 3: Laura y la hipersensibilidad al rechazo
Laura suele sentirse insegura en sus relaciones. Cada vez que percibe que alguien la evita o no responde a un mensaje, inmediatamente piensa que es por su culpa. Aunque sus amigos le aseguran que no tiene nada de qué preocuparse, Laura experimenta una hipersensibilidad extrema al rechazo, lo que la hace evitar algunas relaciones por miedo a ser rechazada o criticada.
Este miedo constante de Laura ante el rechazo es típico de la depresión atípica. No solo afecta su autoestima, sino que también limita su vida social y la lleva a un estado de ansiedad que agrava sus síntomas depresivos.
- Ejemplo 4: José y el aumento del apetito
José, quien siempre había tenido un apetito moderado, ha notado que ahora siente una necesidad constante de comer. Especialmente alimentos ricos en carbohidratos como pan, pasta y dulces. Esta situación le ha llevado a ganar peso en pocos meses, lo que le preocupa y afecta aún más su autoestima. A diferencia de la depresión mayor, donde el apetito suele disminuir, José experimenta un aumento significativo de este, lo que es común en la depresión atípica.
El caso de José es un ejemplo de cómo la depresión atípica puede afectar los hábitos alimenticios de una manera distinta, provocando aumento de peso en lugar de la pérdida típica que ocurre en otros tipos de depresión.
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Sobre el autor
Marc Planella
Nº de colegiado: 080836943
- Licenciado en Medicina y Cirugía por la Universidad Autónoma de Barcelona - Unidad docente Hospital Vall d'Hebron (2001).
- Especialista en Psiquiatría por Sant Joan de Déu - Servicios de Salud Mental (2002 - 2006).
- Formación específica universitaria en tratamiento de depresiones unipolares y bipolares.
- Especialista universitario en psiquiatría forense.
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