La pérdida de memoria por depresión y ansiedad es un síntoma menos conocido pero sorprendentemente común en quienes padecen estos trastornos. Aunque habitualmente se asocian la depresión y la ansiedad con el estado de ánimo o la falta de energía, la depresión afecta a la memoria de manera significativa, causando desde problemas para concentrarse hasta olvidos frecuentes. De hecho, muchas personas no relacionan estos fallos de memoria con su depresión o ansiedad, lo que puede agravar la angustia y empeorar los síntomas.
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ToggleIntroducción: Depresión, ansiedad, pérdida de memoria y síntomas relacionados
Cuando hablamos de depresión, probablemente lo primero que te viene a la mente son sentimientos de tristeza, falta de energía o cansancio extremo, ¿verdad?
Pero hay algo más que tal vez no hayas considerado: la pérdida de memoria.
Es común que las personas que sufren de depresión o ansiedad tengan problemas para recordar cosas simples, como dónde dejaron las llaves o qué tareas tenían que hacer.
Te explico por qué sucede esto.
Resulta que la depresión afecta la memoria de manera directa. No se trata solo de que estés distraído o agotado; tu mente está sobrecargada de preocupaciones, y esto impacta en tu capacidad de concentración.
Sin una buena atención, es normal que se te olviden los detalles o incluso cosas importantes. Lo que es peor, muchas personas no se dan cuenta de que esto forma parte de los síntomas de la depresión, y piensan que podría ser algo más grave, lo que, lógicamente, incrementa su angustia.
Lo que quiero que entiendas es que la falta de concentración y memoria suele pasar desapercibida al principio, pero a medida que los otros síntomas de la depresión mejoran, los problemas de memoria pueden volverse más evidentes. De hecho, muchas veces es cuando te sientes un poco mejor que notas más esos olvidos, lo que puede ser frustrante.
En este artículo, te voy a contar en detalle cómo la depresión puede causar pérdida de memoria, qué mecanismos están involucrados y, lo más importante, qué puedes hacer para mejorar tu atención y concentración.
¿Cómo afectan la depresión y la ansiedad a la memoria?
Voy a explicarte cómo la depresión y la ansiedad no solo afectan tu estado de ánimo, sino que también tienen un impacto directo en el funcionamiento de tu cerebro.
Específicamente, hay tres áreas clave que sufren los efectos de estos trastornos: el hipocampo, la amígdala y la corteza prefrontal.
A continuación, te voy a contar qué sucede en cada una de ellas y cómo eso se traduce en problemas de memoria.
El hipocampo: La base de tus recuerdos
Primero, hablemos del hipocampo, la parte del cerebro que se encarga de gestionar la memoria y el aprendizaje.
Imagina que es como un archivador que organiza toda la información que recibes a lo largo del día. Sin embargo, cuando estás deprimido o ansioso, este archivador no funciona como debería.
La depresión crónica puede dejar como secuela que el hipocampo se encoja, literalmente. Esto ocurre porque el estrés prolongado, tan común en la depresión y la ansiedad, produce grandes cantidades de cortisol, la hormona del estrés. Este exceso de cortisol afecta la capacidad del hipocampo para generar nuevas neuronas, lo que se traduce en problemas para almacenar y recuperar información.
Así que, si te cuesta recordar lo que hiciste ayer o tienes dificultades para aprender cosas nuevas, es probable que tu hipocampo esté sintiendo los efectos de la depresión.
La amígdala: La sobrecarga emocional
La siguiente parada es la amígdala, que es la parte del cerebro encargada de procesar las emociones, especialmente el miedo y el estrés.
Cuando estás ansioso o deprimido, la amígdala está en «alerta máxima». Piensa en ella como si fuera una alarma de incendios que se activa todo el tiempo, incluso cuando no hay peligro real. Este estado de alerta constante hace que tu cerebro esté más centrado en las emociones negativas, y esto consume muchos recursos mentales.
Lo que ocurre es que, al estar tan enfocado en el estrés y las emociones negativas, el cerebro no tiene espacio ni energía para concentrarse en otras tareas, como recordar cosas simples. Esa sobrecarga emocional que gestiona la amígdala es lo que te lleva a sentirte mentalmente agotado y olvidadizo.
La corteza prefrontal: El control de la atención y la toma de decisiones
Finalmente, está la corteza prefrontal, la parte del cerebro que regula funciones como la atención, el control de impulsos y la toma de decisiones.
Si alguna vez has sentido que no puedes concentrarte en lo que tienes frente a ti, o que te cuesta tomar decisiones simples cuando estás deprimido o ansioso, es porque la corteza prefrontal no está funcionando al 100%.
La depresión y la ansiedad alteran el flujo de neurotransmisores como la dopamina y la serotonina en esta área del cerebro, lo que dificulta la atención sostenida. Esto significa que te resulta difícil concentrarte en una tarea por un largo periodo de tiempo y, sin una buena concentración, es mucho más fácil que las cosas se olviden.
Cómo todo esto se conecta con la memoria
Entonces, ¿cómo afecta todo esto a tu memoria?
Lo que quiero que entiendas es que cuando la depresión y la ansiedad alteran estas tres áreas del cerebro (hipocampo, amígdala y corteza prefrontal), tu capacidad de atención, de almacenar recuerdos y de tomar decisiones se ve gravemente afectada.
La sobrecarga emocional, la falta de concentración y los problemas para procesar nueva información se combinan y provocan esos fallos de memoria que tantos pacientes experimentan.
No es solo que «te distraes» o que «se te olvida algo», es que, biológicamente, tu cerebro está luchando para gestionar todos los recursos mentales disponibles. Por eso, la depresión puede causar pérdida de memoria, y es importante que lo entiendas para que no te preocupes más de la cuenta y puedas empezar a buscar soluciones.
Depresión, falta de concentración y memoria: ¿Qué sucede en el cerebro?
Si alguna vez has tenido depresión o ansiedad, es posible que hayas notado que tu capacidad para concentrarte en tareas simples disminuye drásticamente. Tal vez te distraes fácilmente, te cuesta recordar cosas o, incluso, sientes que tu mente está constantemente en otro lugar.
A continuación, te voy a explicar por qué sucede esto y cómo la falta de concentración y memoria están tan relacionadas con la depresión y la ansiedad.
La desconexión entre atención y memoria
Para poder recordar algo, primero necesitas prestarle atención. Pero cuando estás deprimido o ansioso, esa primera parte del proceso, la atención, ya está comprometida. Te explico cómo funciona: tu cerebro, especialmente la corteza prefrontal, es el encargado de mantener tu atención enfocada. Pero cuando estás bajo los efectos del estrés que generan la depresión y la ansiedad, esa área del cerebro se ve saturada.
Esto significa que, aunque creas que estás prestando atención, en realidad tu cerebro está luchando por concentrarse en algo específico porque está ocupándose de muchas otras preocupaciones. Sin una buena atención, es imposible que la información que recibes se procese y se almacene correctamente en tu memoria.
Los efectos de la ansiedad en la concentración
La ansiedad, por otro lado, también tiene su propio impacto en tu capacidad de concentrarte.
Cuando estás ansioso, tu cerebro está en modo de “lucha o huida”, lo que significa que está más enfocado en identificar posibles peligros que en procesar la información cotidiana. Este estado de alerta constante te distrae de lo que estás haciendo, ya que tu mente está siempre preocupada por lo que podría suceder en lugar de centrarse en lo que está sucediendo.
Esto no solo afecta a tu concentración, sino que también agota tu energía mental. Como resultado, te sientes agotado y, al final del día, es probable que tengas problemas para recordar lo que hiciste o qué tareas te quedan pendientes. Es una especie de “niebla mental” que te impide mantener la claridad y la atención.
¿Por qué la memoria se ve afectada?
A medida que la depresión y la ansiedad afectan tu capacidad para concentrarte, inevitablemente también impactan tu memoria. Como te mencionaba antes, si no prestas la atención suficiente a lo que estás haciendo, esa información no llega a almacenarse correctamente. Esto explica por qué puedes olvidar fácilmente cosas que sucedieron hace unas horas o por qué no recuerdas dónde dejaste algo tan básico como tus llaves.
Además, la combinación de falta de sueño, otro síntoma común de la depresión y la ansiedad, agrava estos problemas de memoria. La falta de un buen descanso impide que el cerebro procese adecuadamente los eventos del día, lo que significa que no se consolidan bien en la memoria.
Cómo reconocer la falta de concentración por depresión y ansiedad
Ahora bien, quiero que tengas algo en cuenta: reconocer estos problemas no siempre es fácil.
Muchas veces no te das cuenta de que la falta de concentración está relacionada con la depresión o la ansiedad, y puede que lo atribuyas a otras razones, como el cansancio o el estrés laboral. Incluso hay quien va más allá y se preocupa por si son síntomas de enfermedad de Alzheimer o otras demencias.
Sin embargo, si te encuentras constantemente luchando por mantener la atención, olvidando cosas importantes o sintiéndote mentalmente agotado, puede que estos síntomas sean una señal de que tu depresión o ansiedad están afectando tu capacidad cognitiva.
La clave está en entender que no es simplemente un problema de distracción. Es tu cerebro luchando para equilibrar una carga emocional y mental que le resulta abrumadora, y eso tiene un impacto directo en tu memoria y en cómo enfrentas tu día a día.
La pérdida de memoria por depresión y ansiedad: ¿En qué consiste?
Ahora que hemos hablado de la falta de concentración y su impacto en la memoria, quiero profundizar en cómo es exactamente la pérdida de memoria por depresión.
Muchas veces, las personas se sorprenden cuando notan que no pueden recordar cosas tan simples como el nombre de alguien que acaban de conocer o qué hicieron ayer. Déjame explicarte por qué ocurre esto y qué mecanismos están involucrados.
¿Qué tipo de memoria se ve afectada?
Primero, es importante que entiendas que la depresión no afecta toda la memoria de la misma manera. Existen diferentes tipos de memoria, y la memoria a corto plazo es la que suele sufrir más en casos de depresión. Esta es la memoria que utilizas para recordar información reciente, como el número de teléfono que acabas de escuchar o la lista de compras que memorizaste antes de salir de casa. Si estás deprimido, es probable que notes que esta información se te «escapa» rápidamente.
Por otro lado, la memoria a largo plazo, que guarda recuerdos más antiguos como eventos importantes de tu vida, no se ve tan afectada de inmediato. Sin embargo, si la depresión persiste durante mucho tiempo, también puede empezar a influir en tu capacidad para recuperar estos recuerdos.
¿Por qué sucede la pérdida de memoria?
Como te mencioné antes, la pérdida de memoria por depresión está relacionada con varios factores. Uno de los más importantes es el estrés crónico. Cuando estamos sometidos a altos niveles de estrés durante largos periodos de tiempo, como suele ocurrir con la depresión, nuestro cuerpo libera grandes cantidades de cortisol, la hormona del estrés. Este exceso de cortisol afecta el hipocampo, la parte del cerebro encargada de almacenar y recuperar recuerdos. Con el tiempo, este daño puede hacer que tu capacidad para recordar información nueva y organizar tus pensamientos se vea comprometida.
Además, la falta de sueño que acompaña a muchos casos de depresión también contribuye a la pérdida de memoria. El sueño es el momento en el que tu cerebro procesa lo que has vivido durante el día y lo convierte en recuerdos a largo plazo. Sin suficiente descanso, este proceso se interrumpe, lo que provoca fallos en tu capacidad para recordar las cosas.
La percepción del tiempo y la memoria
Otra parte interesante de la pérdida de memoria por depresión es cómo afecta tu percepción del tiempo.
Tal vez te ha pasado que sientes que los días pasan sin que puedas recordar qué hiciste en ellos, o que los eventos parecen suceder todos juntos, sin un orden claro. Esto también es consecuencia de la forma en que la depresión altera tu capacidad de atención.
Cuando no prestas suficiente atención a lo que está sucediendo en el presente, tu cerebro no registra bien esos eventos, lo que provoca que más tarde te resulte difícil organizarlos cronológicamente en tu mente. Así, un día puede parecer que pasó volando o que no logras recordar detalles importantes porque, simplemente, no te «conectaste» lo suficiente en ese momento.
La angustia por la pérdida de memoria
Otro aspecto importante es cómo la pérdida de memoria puede generar aún más angustia.
Muchas veces, las personas que sufren depresión empiezan a notar estos olvidos cuando están mejorando de sus otros síntomas.
Imagínate: te empiezas a sentir más activo o menos triste, pero entonces te das cuenta de que no puedes recordar cosas que antes no te costaba memorizar. Este «nuevo» problema puede generar preocupación y hacerte pensar que tienes algo más grave, como un problema neurológico.
Sin embargo, quiero que sepas que la pérdida de memoria por depresión es una respuesta natural del cerebro a la sobrecarga emocional y mental que estás experimentando. Saber que es parte de los síntomas de la depresión, y no un síntoma aislado o peor, puede ayudarte a disminuir esa angustia.
Síntomas de la pérdida de memoria por depresión o ansiedad
A estas alturas, ya te habrás dado cuenta de que la depresión no solo afecta cómo te sientes emocionalmente, sino también tu capacidad para recordar y concentrarte.
Pero, ¿cuándo es más probable que te des cuenta de estos problemas de memoria?
Te lo voy a contar.
Síntomas de la pérdida de memoria por depresión o ansiedad al realizar tareas cotidianas
Uno de los momentos en que más evidente se vuelve la pérdida de memoria es cuando intentas llevar a cabo tareas cotidianas.
Cosas que antes hacías de manera automática, como preparar el café, hacer una lista de compras o recordar una cita, se vuelven más complicadas. Puede que, por ejemplo, olvides apagar la estufa o no recuerdes por qué entraste en una habitación. A menudo, estos pequeños olvidos pueden hacer que te sientas frustrado contigo mismo.
Si esto te ha pasado, quiero que sepas que a muchas personas les sucede lo mismo, y aunque estos olvidos pueden parecer insignificantes, para alguien que está lidiando con la depresión o la ansiedad, pueden ser una fuente constante de estrés.
Síntomas de la pérdida de memoria por depresión o ansiedad en el trabajo o los estudios
Otra situación común en la que la pérdida de memoria puede volverse notoria es en el entorno laboral o académico.
Quizás te cueste recordar tareas importantes, detalles de un proyecto o incluso instrucciones que te dieron hace poco. Y lo peor es que, al sentirte incapaz de concentrarte, puedes empezar a dudar de tus propias capacidades.
El estrés por no cumplir con tus responsabilidades puede empeorar los síntomas de la depresión y la ansiedad, creando un círculo vicioso.
Si te encuentras en esta situación, es esencial que reconozcas que estos problemas no se deben a que no seas capaz, sino que son parte del cuadro depresivo. Lo más importante es buscar apoyo para encontrar maneras de manejar estos síntomas.
Síntomas de la pérdida de memoria por depresión o ansiedad al interactuar con otras personas
Otro momento en el que puedes notar estos fallos de memoria es cuando hablas con otras personas.
Quizás olvides el nombre de alguien que acabas de conocer, o no recuerdes detalles importantes de una conversación reciente. Incluso puede que te sientas inseguro cuando intentas seguir el hilo de una conversación, porque tu mente está en otro lugar.
Esta desconexión social puede hacer que te aísles aún más, lo que alimenta los sentimientos de tristeza y soledad que ya suelen acompañar a la depresión.
Es importante entender que este tipo de olvidos, aunque incómodos, no son un reflejo de tu capacidad para relacionarte, sino una manifestación de la carga emocional que estás soportando.
Síntomas de la pérdida de memoria por depresión o ansiedad cuando empiezas a sentirte mejor
Curiosamente, hay otro momento clave en el que puedes notar más la pérdida de memoria: cuando empiezas a mejorar de los síntomas más graves de la depresión.
Puede parecer contradictorio, pero muchas personas reportan que se dan cuenta de estos olvidos justo cuando empiezan a sentir un poco de alivio en otros aspectos, como la tristeza o la falta de energía.
Te explico por qué.
Durante los momentos más duros de la depresión, tu mente está tan enfocada en lidiar con el dolor emocional que no presta atención a los problemas de memoria. Sin embargo, cuando esos síntomas empiezan a remitir, es como si tu cerebro comenzara a notar esos pequeños fallos que antes pasaban desapercibidos.
Esto puede ser desconcertante, y es normal que te sientas ansioso por estos nuevos síntomas.
Cómo lidiar con la pérdida de memoria provocada por la depresión
Ahora que ya entiendes mejor cómo la depresión y la ansiedad pueden afectar tu memoria, es probable que te estés preguntando: «¿Qué puedo hacer para manejar estos síntomas?».
No te preocupes, a continuación te daré algunos consejos prácticos y estrategias que te pueden ayudar a lidiar con los problemas de concentración y memoria.
Busca ayuda profesional
El tratamiento de la depresión (o de la ansiedad) será lo que hará que la pérdida de memoria vaya mejorando y vuelva a la normalidad.
Por tanto, si aún no lo has hecho, es clave empezar cuanto antes un tratamiento.
Si sientes que la pérdida de memoria está afectando seriamente tu vida, no dudes en buscar la ayuda de un profesional de la salud mental. Un psicólogo o psiquiatra puede ayudarte a entender mejor tus síntomas y ofrecerte tratamientos específicos para mejorar tu memoria y concentración.
Prioriza el descanso y el sueño
Uno de los primeros pasos para mejorar tu memoria es asegurarte de que estás durmiendo lo suficiente. El sueño es fundamental para que el cerebro pueda procesar y almacenar los recuerdos, así que, si no duermes bien, tu capacidad para concentrarte y recordar cosas se verá afectada.
Te sugiero que establezcas una rutina de sueño regular, intentando acostarte y levantarte a la misma hora cada día. Además, intenta evitar las pantallas (como el móvil o la televisión) antes de dormir, ya que pueden interferir con tu descanso. Un buen descanso no solo mejorará tu memoria, sino también tu estado de ánimo en general.
Utiliza técnicas de organización
Cuando la memoria no está en su mejor momento, una gran ayuda es recurrir a técnicas de organización que te permitan mantener el control sobre tus tareas diarias. Aquí te doy algunas ideas:
- Haz listas: Si te cuesta recordar qué cosas tienes que hacer, escribirlas puede marcar una gran diferencia. Una lista de tareas diarias te ayudará a no olvidarte de lo importante, y también te dará una sensación de logro cuando vayas tachando lo que ya has hecho.
- Calendarios y recordatorios: Usa el calendario de tu móvil o una agenda física para anotar citas y eventos importantes. También puedes configurar alarmas o recordatorios para que te avisen en el momento adecuado.
- Divide las tareas: A veces, grandes proyectos o tareas pueden parecer abrumadores y difíciles de recordar. Divídelos en pequeñas partes que puedas manejar fácilmente. De esta forma, no solo será más fácil recordar cada paso, sino que también te sentirás menos estresado.
Entrena tu mente
Así como ejercitamos el cuerpo, también podemos ejercitar nuestra mente. Hay actividades que puedes hacer para mantener tu memoria activa y mejorar tu concentración. Aquí te cuento algunas de las más efectivas:
- Juegos de memoria: Existen aplicaciones y juegos diseñados específicamente para estimular la memoria y las habilidades cognitivas. Algunos ejemplos son los juegos de cartas, rompecabezas o sudokus.
- Lectura: Leer con regularidad también puede ser una excelente manera de ejercitar tu mente. Además, te ayuda a mejorar la concentración y mantener la atención durante más tiempo.
- Meditación y mindfulness: La práctica del mindfulness o la meditación te puede ayudar a entrenar tu mente para enfocarte en el presente, reduciendo el estrés y mejorando tu capacidad de concentración. Incluso con solo unos minutos al día, notarás la diferencia.
No te castigues por los olvidos
Por último, quiero decirte algo importante: no te castigues por los fallos de memoria.
La pérdida de memoria provocada por la depresión no es un reflejo de tu inteligencia o de tus capacidades, es simplemente un síntoma más de la enfermedad. Ser amable contigo mismo y tener paciencia es clave para superar esta etapa.
Reconocer que estos olvidos no son permanentes y que puedes trabajar para mejorar tu memoria es un paso fundamental en tu recuperación. Cada pequeño avance cuenta, y cuanto más te cuides a nivel emocional, mejor te sentirás también cognitivamente.
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Sobre el autor
Marc Planella
Nº de colegiado: 080836943
- Licenciado en Medicina y Cirugía por la Universidad Autónoma de Barcelona - Unidad docente Hospital Vall d'Hebron (2001).
- Especialista en Psiquiatría por Sant Joan de Déu - Servicios de Salud Mental (2002 - 2006).
- Formación específica universitaria en tratamiento de depresiones unipolares y bipolares.
- Especialista universitario en psiquiatría forense.
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