La ansiedad, una respuesta natural ante el estrés o el peligro, se manifiesta en cada individuo de maneras diversas. Aunque es conocida principalmente por sus efectos psicológicos, su influencia se extiende más allá, incidiendo significativamente en el bienestar físico. Este estado de alerta constante puede desencadenar una serie de efectos de la ansiedad en el cuerpo, transformando la ansiedad en síntomas físicos difíciles de distinguir. A continuación te hablaré de las 15 manifestaciones mas habituales de ansiedad física y cómo se siente este efecto de la ansiedad en tu organismo.
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ToggleEfectos de ansiedad en el cuerpo: Introducción
Reconocer los síntomas de la ansiedad en el cuerpo es crucial, no solo para el diagnóstico y el tratamiento adecuados, sino también para entender cómo las respuestas emocionales están intrínsecamente vinculadas con la salud física. Síntomas como pinchazos en el cuerpo como alfileres por ansiedad, sensación de frío, o calor en el cuerpo por ansiedad son indicativos de cómo nuestro cuerpo manifiesta el estrés psicológico. Estas manifestaciones físicas son señales de alerta, indicando que la ansiedad podría estar afectando tu salud más de lo que podrías haber imaginado.
La importancia de reconocer estos síntomas radica en la capacidad de intervenir tempranamente, evitando que la ansiedad crónica se arraigue y dé lugar a complicaciones más serias.
En este artículo te voy a contar 15 maneras en que la ansiedad da síntomas en el cuerpo. Si te parecen muchas, no son tantas…¡hay más!. Pero estas quizás sean las más frecuentes.
Los 15 principales efectos de la ansiedad en el cuerpo
Los principales efectos de la ansiedad en el cuerpo se manifiestan de maneras múltiples en todo el organismo. Aún así, esos síntomas físicos de ansiedad tienen algunas localizaciones más frecuentes.
Vas a aprender las 15 más habituales.
Atención.
1 Dolores de cabeza y migrañas
Los síntomas de la ansiedad en el cuerpo se manifiestan de múltiples formas, siendo los dolores de cabeza y las migrañas dos de los síntomas más comunes y debilitantes.
La ansiedad no solo actúa como un catalizador que puede desencadenar estos dolores, sino que también tiene el potencial de intensificar su severidad.
Cuando el estrés y la ansiedad alcanzan niveles elevados, el cuerpo responde con una serie de reacciones fisiológicas que pueden exacerbar o inducir dolores de cabeza y episodios de migraña.
La tensión acumulada, especialmente en la región del cuello y los hombros, puede contribuir a la constricción de los vasos sanguíneos y a la alteración del flujo sanguíneo, factores que son conocidos por provocar dolores de cabeza tensionales y migrañas.
Además, la ansiedad puede desencadenar una respuesta de «lucha o huida» en el cuerpo, liberando hormonas como el cortisol y la adrenalina, las cuales pueden alterar aún más los patrones normales de dolor y bienestar en el individuo.
Para algunas personas, la experiencia de la ansiedad se asocia con sensaciones inusuales en el cuerpo, como sentir electricidad en el cuerpo por ansiedad o experimentar una sensación rara en el cuerpo, las cuales pueden preceder o acompañar a los dolores de cabeza.
Estas sensaciones pueden ser tanto la causa como el resultado de migrañas, creando un ciclo de malestar que puede ser desafiante de romper.
2 Tensión muscular y dolores corporales
La ansiedad crónica se manifiesta no solo a nivel emocional sino también físico, siendo la tensión muscular y los dolores corporales algunos de los síntomas más comunes e incapacitantes.
Este tipo de malestar físico es un reflejo directo de la respuesta constante al estrés que la ansiedad impone al cuerpo, resultando en una tensión muscular persistente que puede evolucionar hacia dolor crónico si no se aborda adecuadamente.
Cuando nos enfrentamos a situaciones de ansiedad, el cuerpo instintivamente se prepara para la acción, un mecanismo de supervivencia que data de nuestros antepasados. Esta respuesta incluye la tensión de los músculos, preparándolos para una reacción rápida. Sin embargo, en la ausencia de una amenaza física real, esta tensión no se libera, llevando a una condición de tensión muscular crónica.
Este estado puede exacerbarse con síntomas de estrés y ansiedad en el cuerpo, como el adormecimiento del lado izquierdo del cuerpo por ansiedad o el hormigueo en el cuerpo por ansiedad, añadiendo una capa adicional de incomodidad y malestar.
El impacto de la ansiedad en los músculos puede ir más allá de la simple tensión, manifestándose en dolores que se irradian a lo largo del cuerpo. Estos dolores a menudo imitan condiciones ortopédicas, lo que puede llevar a confusiones en el diagnóstico y, por ende, en el tratamiento.
Además, la tensión muscular prolongada puede provocar otros síntomas relacionados, como pinchazos en el cuerpo como alfileres por ansiedad o una sensación de frío en el cuerpo por ansiedad, que aunque menos comunes, son igualmente perturbadores.
3 Fatiga Extrema
La fatiga extrema es uno de los síntomas más debilitantes de la ansiedad en el cuerpo, afectando profundamente la calidad de vida y el rendimiento diario.
Esta intensa sensación de cansancio y agotamiento va mucho más allá del simple cansancio, arraigándose profundamente en la interacción entre el estado emocional y el bienestar físico.
- La Conexión entre Ansiedad y Cansancio Constante
La ansiedad crónica impone una carga constante al cuerpo y la mente, desencadenando una alerta persistente que puede agotar las reservas de energía.
Este estado de hipervigilancia mantiene al sistema nervioso en un estado de activación prolongada, lo que puede consumir una cantidad significativa de recursos físicos y mentales, llevando a una sensación de fatiga que no se alivia con el descanso o el sueño.
Además, la ansiedad puede perturbar significativamente el sueño, un factor crucial en el ciclo de la fatiga. Los trastornos del sueño, como el insomnio o la interrupción del sueño, son comunes en quienes sufren de ansiedad, lo que resulta en un descanso nocturno insuficiente o de baja calidad. Esta falta de sueño reparador contribuye directamente al cansancio diurno, creando un ciclo difícil de romper que perpetúa la fatiga y la ansiedad.
- Impacto Fisiológico de la Ansiedad en la Energía Corporal
La ansiedad puede desencadenar y exacerbar la sensación de fatiga a través de sus síntomas en diversos sistemas corporales.
Por ejemplo, puede aumentar la tensión muscular, lo que requiere un gasto energético adicional, o provocar cambios en el metabolismo o la función hormonal, que también pueden influir en los niveles de energía.
Estos impactos fisiológicos explican por qué las personas con ansiedad a menudo se sienten agotadas, incluso sin haber realizado actividades físicas intensas.
El cansancio constante también puede ser psicológicamente debilitante, afectando la motivación, la concentración y el estado de ánimo, y puede intensificar otros síntomas de ansiedad, como la preocupación, la irritabilidad o la tensión.
Esta interacción destaca la importancia de abordar tanto la ansiedad como sus manifestaciones físicas para romper el ciclo de la fatiga.
4 Problemas Digestivos
La ansiedad puede tener un impacto significativo en el sistema gastrointestinal, manifestándose en una variedad de problemas digestivos.
El estrés y la ansiedad a menudo se experimentan no solo a nivel emocional sino también físicamente, afectando directamente el estómago y los intestinos, lo que puede resultar en síntomas como náuseas, indigestión, calambres, diarrea o estreñimiento.
Esta conexión entre la mente y el sistema digestivo es parte del eje cerebro-intestino, donde el estrés psicológico puede provocar respuestas físicas intensas, incluyendo el mal cuerpo por ansiedad, que se manifiesta a través de diversos síntomas gastrointestinales.
La ansiedad puede alterar la motilidad gastrointestinal, la cual es responsable del movimiento de los alimentos a través del sistema digestivo, y puede afectar la secreción de ácido gástrico, exacerbando condiciones como la gastritis o el síndrome del intestino irritable (SII).
Además, la tensión nerviosa puede llevar a un incremento en la sensibilidad del intestino, intensificando las percepciones de incomodidad y dolor abdominal, e incluso puede influir en la microbiota intestinal, lo que a su vez afecta la digestión y la salud general del sistema gastrointestinal.
5 Alteraciones del Sueño
El impacto de la ansiedad en los patrones de sueño es profundo y multifacético.
La hipervigilancia asociada con la ansiedad puede dificultar la capacidad de relajarse lo suficiente como para dormir, resultando en insomnio o en una calidad de sueño disminuida.
Las personas con ansiedad pueden experimentar dificultad para conciliar el sueño, despertares nocturnos frecuentes, o un sueño inquieto y poco reparador, todos los cuales contribuyen a la fatiga diurna y pueden perpetuar el ciclo de ansiedad.
Además, la ansiedad puede provocar sueños intensos o pesadillas, que interrumpen aún más el ciclo del sueño y pueden causar un temor a dormir, lo que agrava el problema.
La falta de un sueño reparador puede tener un impacto significativo en la salud física y emocional, exacerbando la ansiedad y otros problemas de salud mental, y afectando la memoria, la concentración y el estado de ánimo.
6 Sudoración Excesiva
La ansiedad puede desencadenar una respuesta de sudoración excesiva o hiperhidrosis, que es una respuesta física al estrés emocional o psicológico. La sudoración es una parte natural de la respuesta del cuerpo al estrés, diseñada para enfriar el cuerpo.
Sin embargo, en situaciones de ansiedad, este mecanismo puede activarse excesivamente, incluso sin un estímulo térmico o físico que lo justifique.
Este fenómeno está relacionado con la activación del sistema nervioso simpático, que prepara al cuerpo para la acción rápida en respuesta al peligro o al estrés. En el caso de la ansiedad, este sistema puede estar crónicamente activado, llevando a una sudoración continua y a menudo incómoda. La hiperhidrosis puede ser particularmente estresante y embarazosa, afectando la vida social, profesional y personal, y puede provocar un aumento de la ansiedad en situaciones sociales, creando un ciclo difícil de romper.
7 Dificultades Respiratorias
La ansiedad puede ejercer un impacto significativo en la función respiratoria, a menudo provocando dificultades que pueden ser tanto alarmantes como desconcertantes. Durante episodios de ansiedad intensa, como los experimentados en ataques de pánico, es común experimentar hiperventilación o respiración rápida y superficial.
Esta alteración puede llevar a una reducción en los niveles de dióxido de carbono en la sangre, lo cual, paradójicamente, puede provocar sensaciones de falta de aire o asfixia, intensificando la sensación de pánico.
Además, la ansiedad crónica puede conducir a un patrón de respiración desordenado, conocido como disnea, que se caracteriza por episodios de respiración excesivamente rápida o profunda.
Esta condición puede ser especialmente preocupante porque imita los síntomas de problemas respiratorios más graves, lo que puede aumentar la ansiedad y perpetuar el ciclo.
El entrenamiento en técnicas de respiración y la terapia cognitivo-conductual pueden ser efectivos en ayudar a las personas a regular su respiración y reducir la ansiedad.
8 Palpitaciones Cardíacas
Las palpitaciones cardíacas son una manifestación física común de la ansiedad, donde se siente que el corazón está latiendo demasiado fuerte, rápido o de manera irregular. Estas sensaciones pueden ser aterradoras, ya que a menudo se interpretan erróneamente como un signo de un problema cardíaco inminente. Sin embargo, en muchos casos, son simplemente el resultado de la respuesta del cuerpo al estrés o la ansiedad.
La ansiedad activa el sistema nervioso simpático, lo que puede aumentar la frecuencia cardíaca y la fuerza de contracción del corazón, preparando al cuerpo para responder al estrés percibido. Aunque estas palpitaciones son generalmente inofensivas, pueden ser muy perturbadoras. Entender que son una respuesta física común a la ansiedad puede ayudar a las personas a manejar su preocupación y buscar estrategias efectivas para calmar su sistema nervioso.
9 Mareos y vértigo
Los mareos y el vértigo son síntomas frecuentes en personas que experimentan ansiedad, contribuyendo a sensaciones de inestabilidad y desorientación. Estos síntomas pueden ser particularmente incapacitantes, ya que afectan la capacidad de una persona para realizar tareas cotidianas y pueden aumentar el miedo a sufrir ataques de ansiedad, especialmente en lugares públicos.
La ansiedad puede causar mareos y vértigo a través de varios mecanismos, incluyendo la hiperventilación y la alteración del equilibrio del oído interno. Además, el estrés y la ansiedad pueden afectar la concentración y el enfoque, lo que puede exacerbar la sensación de desequilibrio. Aprender a gestionar la ansiedad, junto con técnicas específicas para mejorar el equilibrio y la estabilidad, puede ser crucial para aliviar estos síntomas.
10 Cambios en el Apetito
La ansiedad puede tener un impacto significativo en los hábitos alimenticios, provocando cambios notables en el apetito. Para algunas personas, la ansiedad intensifica las sensaciones de hambre, llevando a un aumento del consumo de alimentos, a menudo de tipo reconfortante o de alto contenido calórico, lo que puede resultar en un aumento de peso no deseado.
Por otro lado, muchos experimentan una reducción del apetito, donde la ansiedad y el nerviosismo suprimen las señales de hambre, conduciendo a una ingesta calórica insuficiente y, potencialmente, a la pérdida de peso.
Estos cambios en el apetito pueden ser el resultado de la respuesta del cuerpo al estrés, que afecta el sistema digestivo y altera las hormonas relacionadas con la sensación de hambre y saciedad.
Además, el estrés emocional puede influir en las decisiones alimentarias, llevando a patrones de alimentación desordenados que pueden afectar negativamente la salud general y el bienestar.
11 Sistema Inmunológico Debilitado
La relación entre la ansiedad prolongada y la inmunidad es un área de creciente interés científico. El estrés crónico y la ansiedad pueden debilitar el sistema inmunológico, haciéndolo más susceptible a infecciones, enfermedades y retrasos en la recuperación. La ansiedad constante activa la respuesta del cuerpo al estrés, liberando un flujo de hormonas como el cortisol, que, cuando se encuentra elevado durante períodos prolongados, puede suprimir la eficacia del sistema inmunitario.
Un sistema inmunológico comprometido no solo aumenta el riesgo de resfriados, gripes y otras infecciones, sino que también puede afectar la capacidad del cuerpo para curarse a sí mismo y mantener el equilibrio de las funciones corporales. Manejar la ansiedad efectivamente y adoptar hábitos de vida saludables son pasos cruciales para fortalecer la inmunidad y mejorar la resistencia general del cuerpo.
12 Tensión en la Piel y Problemas Dermatológicos
La ansiedad puede manifestarse externamente en la piel, causando o exacerbando condiciones dermatológicas. La tensión emocional puede desencadenar brotes de acné, eczema, psoriasis, o urticaria, entre otros problemas de la piel.
Este fenómeno se debe, en parte, a que la ansiedad puede alterar el equilibrio hormonal y estimular la liberación de sustancias como el cortisol, que puede aumentar la producción de aceite en la piel, obstruir los poros y provocar acné.
Además, la ansiedad puede intensificar la sensación de picazón o dolor en la piel, y el acto de rascarse o pellizcarse en respuesta al estrés puede agravar aún más la piel, creando un ciclo de irritación y malestar.
La conexión mente-piel es poderosa, y el manejo efectivo del estrés y la ansiedad puede ser un componente clave para mantener la salud de la piel y aliviar los problemas dermatológicos.
13 Aumento de la Presión Arterial
La ansiedad crónica puede ser un factor contribuyente significativo a la hipertensión, un estado que eleva el riesgo de desarrollar enfermedades cardíacas.
Durante episodios de ansiedad, el cuerpo libera hormonas del estrés como el cortisol y la adrenalina, que preparan al cuerpo para una respuesta de «lucha o huida», aumentando temporalmente la presión arterial al hacer que el corazón lata más rápido y los vasos sanguíneos se estrechen.
Si la ansiedad es constante, esta respuesta hiperactiva puede mantener la presión arterial en un nivel elevado durante períodos prolongados, contribuyendo al desgaste del sistema cardiovascular y aumentando el riesgo de hipertensión a largo plazo.
14 Impacto en la Vida Sexual y Reproductiva
La ansiedad puede tener síntomas relacionados con la salud sexual y reproductiva, afectando la libido, la función eréctil, la menstruación y la fertilidad.
El estrés emocional puede disminuir el deseo sexual al desviar la energía del cuerpo lejos de las funciones relacionadas con la reproducción y dirigirla hacia las necesidades percibidas de supervivencia.
En las mujeres, puede provocar irregularidades menstruales o exacerbación de síntomas premenstruales, mientras que en los hombres, puede contribuir a la disfunción eréctil o la eyaculación precoz, creando un ciclo de ansiedad y problemas sexuales.
15 Alteraciones en la Percepción del Dolor
La ansiedad puede alterar significativamente la manera en que percibimos el dolor.
El estrés crónico y la ansiedad pueden aumentar la sensibilidad al dolor o hacer que las personas sean más conscientes de sus sensaciones corporales, interpretando estas sensaciones de manera más intensa.
Este fenómeno puede ser particularmente evidente en condiciones como la fibromialgia o el síndrome del intestino irritable, donde la ansiedad puede exacerbar la experiencia del dolor.
Efectos de ansiedad en el cuerpo en los distintos trastornos de ansiedad
Los trastornos de ansiedad engloban una variedad de enfermedades que, aunque comparten la ansiedad como característica central, se manifiestan de manera única en cada trastorno.
A continuación, se presenta un resumen de cómo los síntomas físicos se pueden presentar en los distintos trastornos de ansiedad:
Trastorno de Ansiedad Generalizada (TAG)
- Síntomas físicos comunes: Los síntomas de la ansiedad generalizada incluyen fatiga, tensión muscular, problemas digestivos, inquietud, y dificultad para dormir.
- Particularidades del TAG: Los individuos pueden experimentar una preocupación constante. Esta va acompañada de síntomas físicos persistentes, especialmente tensión muscular y fatiga, que son difíciles de controlar y afectan significativamente la vida diaria.
Trastorno de Pánico (ataques de ansiedad)
- Síntomas físicos comunes: Palpitaciones, sudoración, temblores, sensaciones de ahogo, dolor en el pecho, náuseas, mareos y miedo a perder el control o a morir.
- Particularidades del trastorno: Los síntomas de los ataques de pánico involucran episodios intensos de miedo. Además van acompañados de fuertes síntomas físicos que pueden ocurrir de manera inesperada y sin una causa aparente.
Ansiedad por Separación
- Síntomas físicos comunes: Dolores de estómago y dolores de cabeza, especialmente en niños.
- Particularidades del trastorno: La ansiedad intensa de estar lejos de las personas con las que se tiene un fuerte vínculo emocional puede provocar síntomas físicos, principalmente en situaciones de separación o anticipación de la misma.
Trastorno Obsesivo-Compulsivo (TOC)
- Síntomas físicos comunes: Fatiga, tensión muscular, y comportamientos compulsivos que pueden provocar lesiones físicas.
- Particularidades del TOC: Aunque el TOC es principalmente conocido por sus obsesiones (pensamientos, imágenes o impulsos recurrentes y persistentes que son intrusivos y no deseados) y compulsiones (comportamientos repetitivos que la persona se siente impulsada a realizar en respuesta a una obsesión o según reglas que deben aplicarse rígidamente), también puede manifestarse físicamente. Los individuos pueden experimentar fatiga debido a la constante ansiedad y al estrés provocado por las obsesiones y la necesidad de realizar compulsiones. La tensión muscular puede ser común, especialmente si las compulsiones incluyen comportamientos como lavarse, ordenar o verificar de manera repetitiva. Además, las compulsiones físicas repetitivas pueden resultar en lesiones como piel agrietada o lastimada, pérdida de cabello o problemas musculoesqueléticos.
Fobia Específica
- Síntomas físicos comunes: Sudoración, temblores, y mareos.
- Particularidades de la fobia: La exposición al objeto o situación temida provoca una respuesta inmediata de ansiedad, que puede incluir una variedad de síntomas físicos intensos, aunque el peligro real sea mínimo o inexistente.
Trastorno de Ansiedad Social (Fobia Social)
- Síntomas físicos comunes: Ruborización, náuseas, temblores, y dificultad para hablar.
- Particularidades del trastorno: El miedo intenso a ser juzgado, avergonzado o humillado en situaciones sociales puede llevar a síntomas físicos agudos, especialmente en situaciones de interacción social o actuación pública.
Trastorno de Estrés Postraumático (TEPT)
- Síntomas físicos comunes: Sobresaltos, insomnio, fatiga, y tensión muscular.
- Particularidades del TEPT: Los síntomas físicos suelen ser respuestas a recuerdos, pensamientos o sentimientos relacionados con un evento traumático pasado y pueden ser desencadenados por estímulos que recuerden dicho evento.
¿Cómo se sienten los efectos de la ansiedad en el cuerpo?
Más allá de su localización, los efectos de la ansiedad en el cuerpo se sienten de manera diferente según la persona.
A continuación te voy a contar cómo explican que notan las personas estos síntomas físicos ansiosos.
Temblor en el cuerpo
La ansiedad es una respuesta del cuerpo ante situaciones de estrés o peligro percibido. Aunque es una emoción normal en ciertos contextos, cuando se vuelve intensa o persistente puede generar síntomas físicos muy incómodos, como el temblor en el cuerpo.
¿Por qué la ansiedad provoca temblores en el cuerpo?
El temblor corporal es una reacción física común en la ansiedad. Cuando estás ansioso, tu cuerpo activa el sistema nervioso simpático, conocido como la respuesta de «lucha o huida». Esta activación libera hormonas como la adrenalina, que aumentan la frecuencia cardíaca, la presión arterial y la tensión muscular. Como resultado, los músculos pueden temblar, especialmente en las manos, piernas o incluso en todo el cuerpo.
¿Cómo se siente el temblor provocado por la ansiedad?
- Puede manifestarse como un ligero temblor en las manos o una sensación general de vibración interna.
- En situaciones de ansiedad intensa, los temblores pueden sentirse más visibles y acompañarse de sudoración o respiración agitada.
- Algunas personas describen este temblor como una sensación de pérdida de control sobre su cuerpo, lo que puede aumentar aún más la ansiedad.
¿Es peligroso el temblor por ansiedad?
Aunque el temblor en el cuerpo es incómodo, no es peligroso. Es una respuesta temporal que desaparece una vez que los niveles de ansiedad disminuyen. Sin embargo, si este síntoma se presenta de manera frecuente o afecta tu calidad de vida, es importante buscar ayuda profesional.
Calor, ardor o quemazón
Uno de los síntomas físicos más comunes que suelo observar en pacientes con ansiedad es la sensación de calor, ardor o de quemazón en el cuerpo. Esta manifestación puede ser desconcertante y generar preocupación, ya que a menudo no se relaciona inmediatamente con la ansiedad. Sin embargo, es importante comprender por qué ocurre y cómo manejarla.
¿Por qué se siente calor, ardor o quemazón en el cuerpo con la ansiedad?
La ansiedad activa el sistema nervioso autónomo, específicamente la respuesta de «lucha o huida». Este proceso provoca una liberación de hormonas como el cortisol y la adrenalina, lo que a su vez puede generar síntomas físicos intensos. La sensación de quemazón es el resultado de:
- Aumento de la sensibilidad nerviosa: Los nervios se vuelven más reactivos, lo que puede generar sensaciones de calor, hormigueo o ardor.
- Alteraciones en la circulación: La ansiedad puede provocar cambios en el flujo sanguíneo, lo que lleva a sensaciones anormales en la piel o los músculos.
- Hiperventilación: Respirar de manera superficial o acelerada puede causar desequilibrios en los niveles de oxígeno y dióxido de carbono, intensificando los síntomas físicos, incluida la quemazón.
¿Dónde se siente la quemazón?
La sensación de calor, ardor o quemazón en el cuerpo puede variar en cada persona, pero es común que afecte:
- Manos y pies: Sensación de calor intenso o ardor.
- Pecho y espalda: Ardor localizado, que a menudo se percibe como opresión o malestar.
- Cara y cuero cabelludo: Puede incluir enrojecimiento junto con la sensación de calor.
- Extremidades o cuerpo generalizado: A veces, la quemazón se siente en todo el cuerpo, como si la piel estuviera «ardiendo».
Sensación de frío en el cuerpo
Otro efecto habitual de la ansiedad es la sensación de frío en el cuerpo, un síntoma menos conocido, pero bastante común en personas que experimentan altos niveles de ansiedad.
¿Por qué la ansiedad provoca sensación de frío en el cuerpo?
Cuando experimentamos ansiedad, el cuerpo activa el sistema de «lucha o huida», lo que desencadena una serie de cambios fisiológicos. Entre ellos:
- Redistribución del flujo sanguíneo: El cuerpo dirige la sangre hacia los músculos grandes para prepararlos para una posible acción, disminuyendo la circulación en zonas periféricas como manos, pies o incluso la piel. Esto puede generar una sensación de frío.
- Hiperventilación: Respirar rápidamente, algo común durante los episodios de ansiedad, puede alterar el equilibrio de oxígeno y dióxido de carbono en el cuerpo, causando una sensación de entumecimiento o frío.
- Respuestas del sistema nervioso: La activación prolongada del sistema nervioso simpático puede alterar la percepción térmica, haciéndote sentir más frío de lo habitual.
¿Dónde se siente el frío en el cuerpo?
La sensación de frío puede presentarse de forma localizada o generalizada. Algunos pacientes me han descrito que sienten frío en:
- Manos y pies: Las extremidades suelen ser las primeras en verse afectadas por la redistribución del flujo sanguíneo.
- Espalda o cuello: Algunas personas sienten un escalofrío persistente en estas áreas durante los episodios de ansiedad.
- Cuerpo entero: En casos más intensos, la sensación de frío puede extenderse y acompañarse de temblores o sudor frío.
Sentir electricidad en el cuerpo
Una de las sensaciones comunes que describen mis pacientes es la de «sentir electricidad en el cuerpo». Esta sensación puede ser desconcertante y generar preocupación, pero es una manifestación típica de la respuesta del cuerpo al estrés.
¿Por qué la ansiedad puede sentirse como electricidad en el cuerpo?
Cuando experimentamos ansiedad, nuestro sistema nervioso se activa en lo que conocemos como «respuesta de lucha o huida». Esto implica una liberación de adrenalina y otras hormonas del estrés que afectan el sistema nervioso periférico, generando sensaciones físicas intensas. Esa sensación de electricidad puede deberse a:
- Hipervigilancia del sistema nervioso: La ansiedad mantiene los nervios en un estado de alerta, lo que puede provocar una especie de «zumbido» o sensación de corriente en la piel y músculos.
- Contracciones musculares: Los músculos pueden tensarse y liberar esa tensión de forma irregular, lo que contribuye a sentir pequeños «calambres eléctricos».
- Alteraciones en la circulación sanguínea: Durante la ansiedad, el flujo sanguíneo se redirige hacia los músculos principales, lo que puede generar sensaciones inusuales, como pinchazos o vibraciones.
- Hiperestimulación sensorial: La ansiedad puede hacer que sientas cada pequeño cambio en tu cuerpo de forma amplificada, creando la sensación de electricidad.
¿Cómo describen los pacientes esta sensación?
En mi consulta, es común escuchar frases como:
- «Siento un cosquilleo extraño que sube y baja por los brazos y las piernas.»
- «Es como si mi piel estuviera cargada de energía.»
- «A veces parece que pequeños choques eléctricos recorren mi cuerpo, especialmente cuando estoy muy nervioso.»
Hormigueo
Uno de los síntomas físicos más comunes que suelo escuchar de mis pacientes es el hormigueo en el cuerpo, una sensación que puede resultar desconcertante e incluso alarmante si no se entiende su origen.
¿Qué es el hormigueo en el cuerpo causado por la ansiedad?
El hormigueo, conocido médicamente como parestesia, se siente como pequeñas punzadas, entumecimiento o cosquilleo en distintas partes del cuerpo. Es frecuente en las manos, los pies, el rostro o incluso en todo el cuerpo, dependiendo de la intensidad del episodio de ansiedad.
¿Por qué la ansiedad provoca hormigueo?
La sensación de hormigueo tiene varias causas relacionadas con la respuesta de tu cuerpo al estrés:
- Hiperventilación: Durante un episodio de ansiedad, es común respirar más rápido y superficialmente, lo que reduce los niveles de dióxido de carbono en la sangre y altera el flujo de oxígeno hacia las extremidades, causando hormigueo.
- Tensión muscular: La ansiedad activa el sistema de lucha o huida, lo que genera rigidez en los músculos. Esta contracción prolongada puede comprimir los nervios, provocando la sensación de cosquilleo.
- Liberación de adrenalina: La ansiedad estimula la producción de adrenalina, que modifica la circulación sanguínea y puede generar sensaciones extrañas en el cuerpo, como el hormigueo.
¿Es peligroso el hormigueo causado por la ansiedad?
En general, el hormigueo relacionado con la ansiedad no es peligroso y suele desaparecer cuando la persona logra relajarse. Sin embargo, si esta sensación persiste o se combina con otros síntomas inusuales, es importante descartar otras causas médicas consultando conmigo o con otro profesional de la salud.
Picores
La ansiedad no solo afecta a nuestra mente; también se manifiesta en el cuerpo de diversas maneras. Uno de los síntomas menos conocidos, pero bastante comunes, son los picores en la piel. En mi práctica como psiquiatra, he visto cómo este síntoma puede generar incomodidad y preocupación en quienes lo experimentan.
¿Por qué la ansiedad causa picores en el cuerpo?
La ansiedad activa el sistema nervioso simpático, liberando una cascada de hormonas del estrés como la adrenalina y el cortisol. Esto puede provocar una serie de reacciones físicas, incluyendo:
- Sensibilización nerviosa: La piel se vuelve más reactiva, aumentando la sensación de picor.
- Tensión muscular: Puede generar una percepción alterada en ciertas áreas del cuerpo, intensificando las molestias.
- Inflamación leve: Los niveles elevados de estrés pueden afectar el equilibrio del sistema inmunológico, causando reacciones cutáneas como picores.
Cómo se siente este síntoma
Los picores relacionados con la ansiedad pueden aparecer de forma localizada o generalizada. Es común que las personas describan sensaciones como:
- Hormigueo en la piel.
- Comezón que no desaparece al rascarse.
- Sensación de «bichos caminando» en la piel, incluso sin lesiones visibles.
Diferenciar los picores por ansiedad de otras causas
Es importante descartar otras condiciones como alergias, infecciones o enfermedades dermatológicas. En mi experiencia, cuando los picores están relacionados con la ansiedad:
- No hay señales visibles en la piel, como erupciones o ronchas.
- Los episodios suelen coincidir con momentos de estrés o tensión emocional.
- Los síntomas mejoran al reducir los niveles de ansiedad.
Pinchazos
Una de las sensaciones más comunes que describen mis pacientes son los pinchazos en el cuerpo. Esta sensación, a menudo descrita como punzadas o pequeños choques eléctricos, es una respuesta física al estrés que genera la ansiedad.
¿Por qué se sienten pinchazos en el cuerpo debido a la ansiedad?
La ansiedad activa el sistema nervioso autónomo, específicamente la respuesta de lucha o huida. Esto provoca una serie de cambios fisiológicos, como el aumento del ritmo cardíaco, la tensión muscular y la hiperventilación. Estos cambios pueden alterar la circulación sanguínea y la actividad nerviosa, lo que a su vez puede causar:
- Hormigueo en las extremidades: Se debe a la disminución del flujo sanguíneo en zonas como las manos y los pies cuando el cuerpo redirige la sangre hacia los músculos más grandes para prepararse ante un supuesto peligro.
- Pinchazos en diferentes partes del cuerpo: La sobrecarga del sistema nervioso puede generar estas sensaciones inusuales, especialmente en momentos de estrés intenso.
- Tensión muscular: Los músculos rígidos por la ansiedad pueden presionar los nervios, provocando estas sensaciones de pinchazos o entumecimiento.
¿Dónde se sienten estos pinchazos con mayor frecuencia?
- Manos y pies.
- Brazos y piernas.
- Rostro o cuero cabelludo.
Cosquilleo, temblor interno o vibraciones
Otro de los síntomas más comunes que suelo escuchar en consulta es la sensación de cosquilleo en diferentes partes del cuerpo. Este síntoma puede ser desconcertante para muchas personas, pero es una respuesta típica del organismo frente a la ansiedad.
¿Por qué se siente cosquilleo en el cuerpo?
La sensación de cosquilleo o entumecimiento en el cuerpo durante un episodio de ansiedad está relacionada con la activación del sistema nervioso. Cuando estamos ansiosos, nuestro cuerpo entra en un estado de alerta, liberando hormonas como el cortisol y la adrenalina. Esto provoca cambios en la circulación sanguínea y en la actividad nerviosa, que pueden generar esa sensación peculiar.
Zonas comunes donde aparece el cosquilleo:
- Manos y pies: La reducción del flujo sanguíneo en las extremidades durante la respuesta de «lucha o huida» puede generar esta sensación.
- Cara: Es común sentir cosquilleo en las mejillas, alrededor de la boca o en la frente.
- Brazos y piernas: Algunas personas experimentan una sensación de hormigueo o incluso de debilidad muscular.
¿Qué significa este síntoma?
El cosquilleo en el cuerpo es una respuesta fisiológica a la hiperactivación del sistema nervioso. Aunque es incómodo, no suele ser peligroso. Sin embargo, cuando la ansiedad es intensa o recurrente, estos síntomas pueden volverse más persistentes.
Sensación rara en el cuerpo
Muchos pacientes describen la ansiedad como una «sensación rara en el cuerpo», difícil de explicar pero profundamente incómoda. Estos síntomas físicos pueden variar de una persona a otra, pero suelen estar relacionados con la activación del sistema nervioso.
Si te encuentras con ansiedad o depresión o si tienes un ser querido que lo está haciendo, ponemos a tu disposición a nuestros psiquiatras online y te invitamos a solicitar una visita en nuestra consulta.
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Sobre el autor
Marc Planella
Nº de colegiado: 080836943
- Licenciado en Medicina y Cirugía por la Universidad Autónoma de Barcelona - Unidad docente Hospital Vall d'Hebron (2001).
- Especialista en Psiquiatría por Sant Joan de Déu - Servicios de Salud Mental (2002 - 2006).
- Formación específica universitaria en tratamiento de depresiones unipolares y bipolares.
- Especialista universitario en psiquiatría forense.
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