En consulta es habitual que los pacientes pregunten si es posible tomar litio y antidepresivos a la vez, como si mezclar ambos tratamientos pudiera ser peligroso o estuviera contraindicado. Es una duda comprensible, especialmente cuando hablamos de un fármaco como el litio, que tiene fama de “potente” y de requerir controles estrictos.
La realidad es que la combinación de litio con antidepresivos no solo es posible, sino que en muchos casos puede ser la clave para mejorar el pronóstico de ciertos trastornos del estado de ánimo. Eso sí, como todo tratamiento en psiquiatría, debe hacerse con indicación clara, seguimiento estrecho y sentido clínico.
En este artículo te explico cuándo puede estar indicado combinar ambos tratamientos, qué beneficios puede aportar y qué precauciones hay que tener en cuenta.
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Toggle¿Qué es el litio y para qué se utiliza en psiquiatría?
El litio es un estabilizador del estado de ánimo que se utiliza en psiquiatría desde hace décadas. Aunque su uso más conocido es en el trastorno bipolar, donde ayuda a prevenir tanto fases de manía como de depresión, también tiene otras indicaciones menos conocidas pero igualmente relevantes.
Entre sus usos más habituales están:
- Trastorno bipolar: para prevenir recaídas y estabilizar el ánimo a largo plazo.
- Depresión resistente: como potenciador del efecto antidepresivo en casos que no responden a un tratamiento estándar.
- Prevención del suicidio: el litio es uno de los pocos psicofármacos con evidencia sólida en la reducción del riesgo suicida.
Su mecanismo de acción no se conoce al detalle, pero se sabe que modula neurotransmisores clave (como la serotonina, la dopamina y el glutamato) y actúa a nivel intracelular sobre rutas implicadas en la plasticidad neuronal.
A pesar de su eficacia, el litio requiere controles periódicos (niveles en sangre, función renal y tiroidea) y su dosificación debe hacerse con precisión. Pero cuando está bien indicado y supervisado, es uno de los tratamientos más eficaces que tenemos en psiquiatría.
¿Qué beneficios tiene combinar litio con antidepresivos?
Esta combinación puede ofrecer ventajas concretas en casos de depresión mayor resistente al tratamiento:
- Manejo de síntomas residuales: si la mejoría con antidepresivos ha sido parcial, el litio puede ayudar a completar la respuesta clínica.
- Potenciación del efecto antidepresivo: si tras varias semanas el antidepresivo no ha funcionado, añadir litio puede mejorar significativamente la respuesta.
- Prevención de recaídas: en pacientes con depresión recurrente, esta estrategia puede reducir el riesgo de nuevos episodios.
- Reducción del riesgo suicida: el litio tiene un efecto protector bien documentado en la prevención de conductas suicidas, algo especialmente relevante en depresiones graves.
¿En qué casos se recomienda esta combinación?
Como psiquiatra, no recomiendo combinar litio y antidepresivos de forma rutinaria. Esta estrategia tiene sentido cuando hay indicaciones clínicas concretas, y siempre debe individualizarse.
A continuación te resumo los escenarios en los que esta combinación puede estar especialmente indicada:
- Depresión mayor resistente: cuando un paciente no responde adecuadamente tras varios intentos con antidepresivos, añadir litio puede aumentar la probabilidad de respuesta. Esta estrategia, conocida como potenciación con litio, está respaldada por múltiples estudios.
- Trastornos afectivos recurrentes: en pacientes que han tenido múltiples episodios depresivos, la combinación puede emplearse con fines de prevención de recaídas, sobre todo si hay mala respuesta al tratamiento clásico.
- Riesgo suicida elevado: si un paciente con depresión presenta ideas suicidas persistentes, el litio puede añadirse al antidepresivo con el objetivo específico de reducir el riesgo suicida.
- Síntomas residuales o subumbrales: en pacientes parcialmente recuperados, con sintomatología persistente leve pero incapacitante, el litio puede actuar como modulador para completar la respuesta terapéutica.
En todos estos casos, lo fundamental es que la combinación esté bien justificada, se inicie bajo supervisión médica y se mantenga un seguimiento regular.
¿Qué riesgos o efectos secundarios pueden aparecer?
Aunque la combinación de litio y antidepresivos puede ser eficaz, no está exenta de riesgos, y por eso requiere una vigilancia médica más estrecha que otros tratamientos más simples.
Los principales aspectos a tener en cuenta son:
- Toxicidad por litio: el litio tiene un margen terapéutico estrecho. Si los niveles en sangre se elevan por encima del rango adecuado, pueden aparecer síntomas como temblores, confusión, náuseas, diarrea o incluso alteraciones neurológicas más graves. Ciertos antidepresivos pueden interferir con su eliminación renal, por lo que es importante ajustar dosis y controlar niveles plasmáticos regularmente.
- Síndrome serotoninérgico (muy raro): si se combinan varios fármacos que aumentan la serotonina (por ejemplo, litio + ISRS + otros fármacos serotoninérgicos), existe un riesgo teórico de sobreestimulación del sistema serotoninérgico, lo que podría dar lugar a este síndrome. Es muy poco frecuente, pero hay que tenerlo en cuenta si aparecen síntomas como agitación, hiperreflexia, fiebre o alteraciones del estado mental.
- Interacciones farmacológicas: el litio puede interaccionar con otros medicamentos que afecten la función renal (como AINEs o diuréticos), y algunos antidepresivos pueden modificar el metabolismo hepático. Por eso, al iniciar una combinación, es importante revisar toda la medicación concomitante.
- Efectos secundarios propios de cada fármaco: es posible que al combinar litio con un antidepresivo se sumen efectos adversos como somnolencia, temblores finos, aumento de peso, alteraciones tiroideas o gastrointestinales. Un seguimiento cercano permite detectar y manejar estos síntomas de forma precoz.
En manos de un profesional, todos estos riesgos pueden prevenirse o controlarse. Pero no es una combinación que deba hacerse a la ligera ni mucho menos sin supervisión médica.
¿Qué antidepresivos se combinan con más frecuencia con el litio?
Aunque en teoría el litio podría combinarse con cualquier antidepresivo, en la práctica algunas combinaciones son más frecuentes y seguras que otras, en función del perfil del paciente, el tipo de depresión y la tolerabilidad del tratamiento.
Los antidepresivos más habitualmente combinados con litio son:
- ISRS (Inhibidores selectivos de la recaptación de serotonina)
Ejemplos: sertralina, escitalopram, fluoxetina, paroxetina.
→ Son bien tolerados, eficaces y con baja toxicidad. Su combinación con litio es habitual en depresión mayor resistente. - IRSN (Inhibidores de la recaptación de serotonina y noradrenalina)
Ejemplos: venlafaxina, desvenlafaxina, duloxetina.
→ Se usan cuando hay síntomas más físicos, como fatiga intensa o dolor. También pueden potenciarse con litio si no hay respuesta adecuada. - Mirtazapina
→ Útil en pacientes con insomnio, ansiedad o pérdida de apetito, especialmente si los ISRS no han funcionado bien. La combinación con litio puede ayudar en depresiones mixtas o atípicas. - Tricíclicos (como amitriptilina o nortriptilina)
→ Se utilizan con más precaución por sus efectos secundarios y riesgo de toxicidad, pero en algunos casos se combinan con litio como última opción en depresión muy resistente.
Lo importante no es solo qué antidepresivo se elige, sino cómo se ajustan las dosis, cómo se monitoriza la respuesta y qué factores de riesgo hay que vigilar en cada paciente. Por eso, este tipo de combinaciones siempre debe hacerse en el contexto de un plan terapéutico personalizado y con experiencia clínica detrás.
7. ¿Qué controles médicos requiere esta combinación?
Una de las razones por las que la combinación de litio con antidepresivos debe hacerse bajo supervisión psiquiátrica es que requiere un seguimiento clínico y analítico regular. No basta con recetar y cruzar los dedos.
Estos son los principales controles que se deben realizar:
- Niveles plasmáticos de litio: se recomienda medirlos periódicamente (especialmente al inicio o tras cambios de dosis) para asegurarse de que se mantengan dentro del rango terapéutico (habitualmente entre 0.6 y 1.0 mEq/L). Valores más altos aumentan el riesgo de toxicidad.
- Función renal: el litio se elimina por vía renal, por lo que es fundamental controlar la creatinina y el filtrado glomerular. El deterioro renal es una complicación rara pero posible si no se detecta a tiempo.
- Función tiroidea: el litio puede inducir hipotiroidismo, especialmente en mujeres. Por eso se recomienda realizar análisis de TSH y T4 libre con cierta regularidad.
- Revisión de síntomas y efectos secundarios: es necesario valorar clínicamente si hay temblores, cambios cognitivos, sed excesiva, alteraciones digestivas o síntomas que indiquen exceso o déficit de litio, así como tolerabilidad del antidepresivo.
- Revisión de interacciones farmacológicas: si el paciente está tomando otros medicamentos (antihipertensivos, AINEs, diuréticos, etc.), se debe evaluar si pueden afectar los niveles de litio o interactuar con el antidepresivo.
- Valoración psiquiátrica periódica: más allá de los análisis, lo fundamental es evaluar cómo se encuentra el paciente, si está mejorando, si hay síntomas residuales, si aparecen signos de viraje afectivo (en el caso del trastorno bipolar), o si se plantea algún ajuste en la estrategia terapéutica.
Con este control clínico adecuado, la combinación de litio y antidepresivos puede mantenerse de forma segura durante meses o incluso años, cuando está bien indicada.
8. Preguntas frecuentes de los pacientes
A lo largo de los años he respondido muchas veces a las mismas dudas sobre la combinación de litio y antidepresivos. Aquí te dejo algunas de las más habituales, con respuestas claras y directas:
🔹 ¿Me voy a sentir “dopado” si tomo los dos fármacos a la vez?
No. Si las dosis están bien ajustadas y el tratamiento está bien indicado, no deberías sentirte sedado ni desconectado. El objetivo es que te sientas funcional, no adormecido.
🔹 ¿Se puede tomar litio con sertralina, escitalopram o fluoxetina?
Sí. De hecho, son combinaciones habituales. Son ISRS bien tolerados, y con litio pueden ser muy eficaces en depresiones resistentes.
🔹 ¿Voy a necesitar litio para siempre si lo empiezo a tomar?
Depende. En algunos casos se usa de forma temporal para potenciar el efecto del antidepresivo, y luego se puede retirar si la evolución es buena. En otros casos (como el trastorno bipolar), su uso suele ser de mantenimiento a largo plazo.
🔹 ¿Qué pasa si me salto una dosis de litio o del antidepresivo?
Una dosis puntual no suele tener consecuencias graves, pero no es recomendable. El litio, en particular, requiere mantener niveles estables en sangre. Si olvidas una dosis, no la dupliques al día siguiente. Coméntalo con tu psiquiatra si ocurre con frecuencia.
🔹 ¿Cuánto tarda en notarse la mejoría al combinar litio con un antidepresivo?
Aunque cada caso es distinto, en general se empieza a notar mejoría en 1 a 3 semanas, aunque el efecto completo puede tardar algo más. Lo importante es no suspender el tratamiento antes de tiempo.
Este tipo de preguntas reflejan preocupaciones reales y muy frecuentes, y resolverlas con claridad es parte fundamental del tratamiento. El paciente informado colabora mejor, tolera mejor el tratamiento y toma decisiones más acertadas.
9. Conclusión: ¿Litio y antidepresivos? Con criterio, sí.
La combinación de litio y antidepresivos puede sonar agresiva, pero bien utilizada es una herramienta segura, eficaz y respaldada por la evidencia científica, especialmente en los casos más difíciles de tratar. No se trata de «más medicación porque sí», sino de elegir estrategias ajustadas a la biología del paciente y a la evolución clínica.
Eso sí: esta combinación no debe hacerse nunca sin supervisión médica. Requiere controles, experiencia y una evaluación continua del riesgo-beneficio. Pero cuando se hace bien, puede marcar la diferencia entre un tratamiento que simplemente alivia y uno que realmente estabiliza.
Así que, si estás en tratamiento con un antidepresivo y tu psiquiatra valora añadir litio, no es que tu caso sea “más grave”, sino que se busca aumentar las posibilidades de que te recuperes del todo. Y eso, al final, es lo que importa.
Sobre el autor
Marc Planella
Nº de colegiado: 080836943
- Licenciado en Medicina y Cirugía por la Universidad Autónoma de Barcelona - Unidad docente Hospital Vall d'Hebron (2001).
- Especialista en Psiquiatría por Sant Joan de Déu - Servicios de Salud Mental (2002 - 2006).
- Formación específica universitaria en tratamiento de depresiones unipolares y bipolares.
- Especialista universitario en psiquiatría forense.
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