¿Los antidepresivos dañan el cerebro?: efectos sobre las neuronas a corto y largo plazo

los antidepresivos dañan el cerebro

¿Alguna vez te has preguntado si los antidepresivos dañan el cerebro? Si es así, no estás solo. Este es un tema que genera tanto debate como confusión, y que seguramente ha cruzado la mente de cualquiera que haya considerado tomar estos medicamentos. Aquí desglosaremos todo lo que necesitas saber, desde qué son los antidepresivos y por qué se toman, hasta lo que la ciencia más reciente nos dice sobre su efecto en nuestro órgano más preciado: el cerebro.

¿Qué son los antidepresivos?

Si alguna vez has buscado información sobre antidepresivos en la vasta selva de internet, probablemente te has encontrado con términos que te hacen sentir como si estuvieras leyendo un libro de texto de química avanzada.

No te preocupes, aquí no vamos a abrumarte con términos como «inhibidores selectivos de la recaptación de serotonina». ¡Venga, quién necesita ese galimatías! Bueno, en realidad, esos términos son importantes, pero los abordaremos de una manera que no te haga querer arrancarte el pelo.

Definición y tipos de antidepresivos

Los antidepresivos son medicamentos recetados para tratar la depresión, aunque también se usan en una variedad de otras enfermedades mentales. Por lo tanto, sí, son como los superhéroes de los fármacos: versátiles y con múltiples talentos. Pero, como cualquier superhéroe que se precie, también tienen su talón de Aquiles.

Ahora bien, no todos los antidepresivos son iguales. Aquí te presento un resumen de los tipos más comunes:

  1. ISRS (Inhibidores Selectivos de la Recaptación de Serotonina): son los más utilizados: fluoxetina, paroxetina, sertralina, citalopram, escitalopram y fluvoxamina. Son el equivalente farmacéutico al «chico bueno» de una película: eficaces y con menos efectos secundarios.
  2. IRSN (Inhibidores de la Recaptación de Serotonina y Noradrenalina): como la venlafaxina, la desvenlafaxina y la duloxetina. Piensa en ellos como el hermano mayor y más experimentado de los ISRS.
  3. Antidepresivos Atípicos: como el bupropión, la vortioxetina, la trazodona o la mirtazapina. Considera a estos como los comodines del grupo. No encajan fácilmente en ninguna de las categorías anteriores y tienen mecanismos de acción únicos. Son como ese amigo ecléctico que escucha jazz, recita poesía y también sabe programar. Aunque pueden ser muy efectivos, es crucial entender sus peculiaridades y cómo pueden interactuar con otros medicamentos o enfermedades de salud que puedas tener.
  4. Antidepresivos tricíclicos: como la amitriptilina o el Anafranil (clomipramina). Son de la vieja escuela, y aunque efectivos, vienen con un catálogo más amplio de efectos secundarios. Es como ese tío abuelo que cuenta historias increíbles pero que también ronca demasiado alto.
  5. IMAO (Inhibidores de la Monoaminooxidasa): como la fenelzina. Estos son los «rebeldes» del grupo, efectivos pero con una lista de interacciones y efectos secundarios que hay que tener en cuenta. Casi no se prescriben y en algunos países se han incluso retirado.

Mecanismos de acción

Los antidepresivos trabajan manipulando los neurotransmisores en el cerebro.

Pero, ¿qué demonios es un neurotransmisor?.

Imagina que tu cerebro es una inmensa red social, y los neurotransmisores son los mensajes directos (DMs) que se envían entre las neuronas (los usuarios). Los antidepresivos básicamente entran en la configuración de privacidad y ajustan quién puede enviar y recibir mensajes, y cuántos.

  • ISRS: aumentan la cantidad de serotonina disponible. Es como si tuvieran la capacidad de hacer que todos tus amigos te envíen mensajes positivos durante todo el día.
  • IRSN: además de jugar con la serotonina, también hacen lo mismo con la noradrenalina, otro neurotransmisor. Es un poco como tener un community manager para tu estado de ánimo.
  • Antidepresivos tricíclicos y IMAO: estos son como los hackers del mundo de los antidepresivos. Afectan múltiples neurotransmisores a la vez, lo cual es tanto una bendición como una maldición, dada la amplia gama de efectos secundarios.

Y ahí lo tienes, una explicación no tan tediosa de qué son los antidepresivos, los tipos que existen y cómo operan en ese complejo mundo que es tu cerebro.

Efectos de los Antidepresivos sobre las Neuronas

Los antidepresivos son fármacos esenciales para el tratamiento de la depresión y otros trastornos relacionados. Aunque a menudo se habla de sus efectos en el estado de ánimo, también tienen un impacto directo sobre las neuronas y la plasticidad cerebral. A continuación, te explico cómo afectan los antidepresivos a las neuronas:

  • 1. Incremento de la Disponibilidad de Neurotransmisores

Los antidepresivos, especialmente los inhibidores selectivos de la recaptación de serotonina (ISRS) y los inhibidores de la recaptación de serotonina y noradrenalina (IRSN), aumentan la disponibilidad de neurotransmisores como la serotonina y la noradrenalina en las sinapsis neuronales. Esto mejora la comunicación entre las neuronas, lo que puede ayudar a regular el estado de ánimo.

  • 2. Neuroplasticidad y Crecimiento Neuronal

Uno de los efectos más importantes de los antidepresivos a largo plazo es su capacidad para promover la neuroplasticidad, es decir, la capacidad del cerebro para reorganizarse y formar nuevas conexiones. Los estudios han demostrado que algunos antidepresivos pueden fomentar el crecimiento de nuevas neuronas en el hipocampo, una región del cerebro clave en la regulación del estado de ánimo y la memoria.

  • 3. Reducción de la Inflamación Neuronal

En ciertos casos de depresión, se ha observado un aumento de la inflamación en el cerebro, lo que puede afectar la función neuronal. Los antidepresivos pueden ayudar a reducir esta inflamación, lo que permite que las neuronas funcionen de manera más eficiente.

  • 4. Mejora de la Plasticidad Sináptica

Además de promover el crecimiento de nuevas neuronas, los antidepresivos también mejoran la plasticidad sináptica, es decir, la capacidad de las neuronas para fortalecer o debilitar sus conexiones en respuesta a la actividad. Esto facilita la adaptación del cerebro a nuevas situaciones y puede explicar por qué los pacientes que toman antidepresivos a largo plazo experimentan una mejora sostenida en su estado de ánimo.

  • 5. Protección Neuroprotectora

Algunos antidepresivos tienen un efecto neuroprotector, es decir, protegen a las neuronas del daño que puede ser causado por el estrés crónico y la depresión prolongada. Este efecto puede ayudar a prevenir el deterioro cognitivo y emocional asociado a trastornos depresivos severos.

Los mitos en torno a los antidepresivos

Si hay algo que rivaliza con la cantidad de antidepresivos disponibles en el mercado, son los mitos que los rodean.

Y como cualquier buena leyenda urbana, estos mitos pueden ser más pegajosos que un chicle en la suela de tu zapato.

Así que pongámonos los guantes y sumerjámonos en el fango de las ideas erróneas comunes.

Ideas erróneas comunes

  1. «Los antidepresivos te convierten en un zombi emocional»: Este es un clásico. La idea es que tomar antidepresivos te despojará de toda emoción, dejándote como un bloque de cemento con patas. Lo cierto es que los antidepresivos están diseñados para equilibrar los neurotransmisores, no para aniquilar tu capacidad para sentir.
  2. «Si tomas antidepresivos, estás admitiendo la derrota»: Algunas personas ven los antidepresivos como una especie de bandera blanca en su batalla contra la enfermedad mental. Sin embargo, pedir ayuda nunca es un signo de debilidad. De hecho, puede ser una de las cosas más valientes que hagas.
  3. «Los antidepresivos alteran tu personalidad»: Sí, porque todos sabemos que tomar una pastilla es como meterse en una cabina telefónica y salir como Superman… o su malvado gemelo. No, los antidepresivos no cambian quién eres; trabajan para ayudarte a ser una versión más saludable de ti mismo.
  4. «Los antidepresivos son solo para la depresión»: A pesar del nombre, los antidepresivos se utilizan para tratar una variedad de enfermedades mentales, desde trastornos de ansiedad hasta ciertos tipos de dolor crónico. Son los multitaskers del mundo farmacéutico.

¿Crean dependencia? ¿Son una «solución fácil»?

Ah, el viejo debate sobre si los antidepresivos son la versión farmacéutica de una relación codependiente. Vamos a aclarar algunas cosas:

  • Dependencia: La mayoría de los antidepresivos modernos, especialmente los ISRS y los IRSN, tienen un mínimo riesgo de crear dependencia física. No son como los ansiolíticos (benzodiacepinas), esas pastillas para la ansiedad que te advierten de que podrías acabar necesitándolas como un pez necesita agua.
  • «Solución fácil»: Ah, sí, porque tomar un medicamento que podría venir con efectos secundarios es tan sencillo como pedir una pizza para cenar. Los antidepresivos no son una «cura milagrosa» ni una solución rápida. A menudo forman parte de un enfoque de tratamiento más amplio que puede incluir psicoterapia, cambios en el estilo de vida y otras intervenciones médicas.

Entonces, ¿los antidepresivos son la panacea que algunos proclaman o el villano que otros temen?

Como en la mayoría de las cosas en la vida, la verdad se encuentra en algún punto intermedio. Pero, por supuesto, eso no es tan jugoso como un buen titular sensacionalista, ¿verdad?

¿Qué dice la ciencia sobre daños de los antidepresivos al cerebro?

Si la ciencia fuera una persona, probablemente sería ese amigo meticuloso que siempre lleva un bloc de notas y un bolígrafo, listo para apuntar cualquier dato interesante. Y vaya si tiene cosas que decir sobre los antidepresivos.

A continuación, resumimos algunas de las investigaciones más recientes y significativas que se han hecho en este campo. ¿Listos? ¡Acompáñame en este viaje de descubrimiento!

Resumen de investigaciones recientes

  1. Neuroplasticidad: Según investigaciones recientes, los antidepresivos pueden promover la neuroplasticidad, que es la capacidad del cerebro para formar nuevas conexiones. Imagina que tu cerebro es una ciudad en constante construcción, y los antidepresivos son los ingenieros que permiten que se construyan nuevas carreteras.
  2. Efectos cognitivos: Aunque algunos estudios sugieren que los antidepresivos pueden tener efectos negativos a corto plazo en la memoria y la concentración, estos efectos suelen ser temporales y disminuyen con el tiempo.
  3. Salud neuronal: Existen investigaciones que muestran que los antidepresivos pueden proteger a las células cerebrales del estrés oxidativo, que es básicamente el equivalente cerebral del óxido en un coche viejo. Con esto se disminuiría, por ejemplo, riesgo de secuelas en el cerebro de la depresión.
  4. Efecto placebo: No podemos ignorar los estudios que sugieren que el efecto placebo juega un papel importante en la eficacia de los antidepresivos. Esto no significa que los antidepresivos sean «píldoras de azúcar», sino que destaca la complejidad del cerebro humano y cómo percibe el alivio.

Efectos a corto y largo plazo

  • A corto plazo: Los efectos más inmediatos de los antidepresivos suelen incluir una mejora en el estado de ánimo y una disminución de los síntomas de la depresión como la tristeza y la anhedonia (incapacidad para sentir placer). Pero, ojo al parche, también pueden incluir efectos secundarios como náuseas, aumento de peso y problemas sexuales.
  • A largo plazo: Los estudios a largo plazo son un poco más escasos, pero en general sugieren que el uso continuado de antidepresivos puede ser beneficioso para mantener la estabilidad emocional. Sin embargo, también hay preocupaciones sobre efectos secundarios como la disminución de la densidad ósea y cambios en el metabolismo.

Y ahí lo tienes, la ciencia en todo su esplendor, tratando de descifrar los misterios de los antidepresivos y nuestro cerebro. Sí, aún hay muchas preguntas sin respuesta, pero, ¿no es eso lo que hace a la ciencia tan emocionante? Bueno, emocionante o frustrante, según cómo lo mires.

Estudios que sugieren que los antidepresivos dañan el cerebro

Ah, llegamos a la parte donde algunos se ponen más nerviosos que gato en una habitación llena de sillas mecedoras.

La gran pregunta: ¿podrían los antidepresivos, esos héroes farmacéuticos, tener un lado oscuro? Veamos qué dice la ciencia que podría hacernos fruncir el ceño.

Resumen de investigaciones que apuntan a efectos negativos

  1. Efectos en la neuroplasticidad: Algunos estudios sugieren que el uso prolongado de antidepresivos podría, paradójicamente, disminuir la neuroplasticidad en ciertas áreas del cerebro. Es como si el cerebro dijera: «Oye, ya tengo suficiente ayuda, déjame manejar esto solo», pero luego se atasca en el tráfico.
  2. Cambios estructurales: Investigaciones con técnicas de imagen han mostrado cambios en la materia gris y blanca en personas que han estado tomando antidepresivos durante períodos prolongados. Sin embargo, es crucial señalar que no está claro si estos cambios son perjudiciales o simplemente diferentes.
  3. Disfunción cognitiva: Aunque raro, hay estudios que sugieren que el uso a largo plazo de ciertos antidepresivos podría estar asociado con una disminución en las capacidades cognitivas. Es una especie de «¿Me estás ayudando o me estás saboteando?» en términos farmacéuticos.

Contextualización de estos estudios (¿Son estos efectos significativos comparados con los beneficios?)

Ahora bien, antes de que entres en modo pánico y empieces a ver los antidepresivos como villanos de una película de terror, pongamos estos estudios en contexto.

  • Tamaño de la muestra y metodología: Muchos de estos estudios tienen tamaños de muestra pequeños o metodologías que podrían hacer que incluso un estudiante de primer año de estadística se rasque la cabeza.
  • Efectos comparativos: Cuando hablamos de posibles daños cerebrales, es crucial compararlos con los riesgos de no tratar una enfermedad mental. En muchos casos, los efectos de la enfermedad en sí podrían ser mucho más perjudiciales para el cerebro que cualquier efecto secundario del medicamento.
  • Riesgo vs. Beneficio: La medicina es un juego de equilibrio. Si los beneficios, como la mejora del estado de ánimo y la capacidad para funcionar en la vida diaria, superan los riesgos, entonces podría valer la pena considerar el uso de antidepresivos.

Estudios que sugieren que los antidepresivos NO dañan el cerebro

Ah, el optimismo. Es como esa taza de café que te despierta en la mañana, pero en forma de datos científicos. Así que, si la sección anterior te dejó un poco ansioso, tal vez esta te devuelva un poco de tranquilidad. Vamos a sumergirnos en los estudios que nos hacen dar un suspiro de alivio.

Resumen de investigaciones que apuntan a efectos neutrales o positivos

  1. Mejora de la Salud Cognitiva: Contrario a la creencia de que los antidepresivos puedan dañar la cognición, hay estudios que sugieren que mejoran la memoria y la concentración en personas con trastornos del estado de ánimo.
  2. Efectos Antioxidantes: Algunos antidepresivos han mostrado tener propiedades antioxidantes, que podrían ayudar a proteger las células cerebrales. Si las células cerebrales tuvieran una fiesta, los antioxidantes serían los invitados estrella.
  3. Neuroprotección: Investigaciones han sugerido que ciertos antidepresivos pueden tener efectos neuroprotectores, lo que podría ayudar en condiciones como el deterioro cognitivo relacionado con la edad.
  4. Efecto Antiinflamatorio: Algunos estudios apuntan a que ciertos antidepresivos tienen propiedades antiinflamatorias que podrían beneficiar la salud cerebral. Es como si tu cerebro tuviera su propio equipo de limpieza interno.

Contextualización de estos estudios (¿Son estos efectos significativos comparados con los riesgos?)

Ahora, a pesar de estos hallazgos optimistas, es vital mantener un enfoque equilibrado. Vamos a contextualizar:

  • Calidad de los estudios: Al igual que con los estudios menos alentadores, es crucial examinar la calidad de estos estudios. ¿Son representativos? ¿Están bien diseñados?
  • Efectos a largo plazo: Muchos de estos estudios son a corto plazo y no necesariamente predicen los efectos a largo plazo de tomar antidepresivos.
  • Comparación de riesgos: Al final del día, todo se reduce a una evaluación de riesgo-beneficio. Si los efectos positivos en tu calidad de vida y bienestar mental son significativos, estos resultados son una razón más para considerar el uso de antidepresivos como parte de un plan de tratamiento integral.

Y ahí lo tienes. Al igual que cualquier cosa en la vida, los antidepresivos tienen su lado bueno y su lado no tan bueno. La clave está en estar informado y tomar decisiones basadas en un análisis completo, no solo en titulares alarmistas o promesas exageradas.

La importancia del diagnóstico y seguimiento médico

Seamos sinceros, puedes tener el mejor tratamiento del mundo, pero si no sabes para qué lo estás usando o cómo te está afectando, podrías estar más perdido que un pez en el desierto.

¿Los antidepresivos dañan el cerebro?: Cómo un diagnóstico preciso y seguimiento pueden mitigar riesgos

  1. Elección del tratamiento adecuado: Un diagnóstico preciso es como tener un GPS para tu tratamiento. Te ayuda a evitar esos molestos desvíos y a llegar directamente al punto: mejorar tu salud mental.
  2. Monitorización de efectos secundarios: El seguimiento médico es tu copiloto en este viaje. Te ayuda a estar atento a cualquier efecto secundario y a ajustar el tratamiento según sea necesario.
  3. Evaluación de la eficacia: ¿Está funcionando el tratamiento? ¿Necesitas cambiar de estrategia? Estas son preguntas que solo un seguimiento médico continuo puede responder.
  4. Prevención de complicaciones: Algunos efectos secundarios o interacciones con otros medicamentos pueden ser graves. Un seguimiento médico adecuado puede ayudarte a evitar que un pequeño bache en el camino se convierta en un gran obstáculo.

¿Los antidepresivos dañan el cerebro?: La importancia de la adherencia al tratamiento

Ah, la adherencia al tratamiento. Esa frase que suena como algo que harías con un rollo de cinta adhesiva, pero que en realidad es crucial para el éxito de cualquier tratamiento médico. Aquí van algunas razones:

  • Consistencia es la clave: Saltarse dosis o detener el tratamiento abruptamente puede llevar a una serie de problemas, desde un resurgimiento de los síntomas hasta efectos secundarios desagradables.
  • Optimización del tratamiento: La adherencia permite que el medicamento tenga una oportunidad justa de demostrar su eficacia. Es como darle tiempo a una semilla para que se convierta en una planta.
  • Confianza en el proceso: Seguir el plan de tratamiento según lo prescrito ayuda a construir una relación de confianza con tu médico, que es invaluable para tu recuperación a largo plazo.

Así que ya lo sabes, un diagnóstico preciso y un seguimiento médico son tus mejores aliados en este viaje hacia la mejora de la salud mental. No los subestimes; son más importantes de lo que podrías pensar.

¿Los Antidepresivos Dañan el Cerebro y Provocan y Deterioro Cognitivo?

Cuando hablamos de antidepresivos y deterioro cognitivo, es importante entender que la relación entre ambos no es tan directa como podría parecer. A continuación, te explico algunos puntos clave sobre cómo los antidepresivos pueden influir en la cognición:

  • 1. ¿Los antidepresivos causan deterioro cognitivo?

En general, los antidepresivos no causan deterioro cognitivo a largo plazo. Sin embargo, ciertos efectos secundarios, como somnolencia, falta de concentración o dificultad para recordar cosas, pueden ocurrir en algunos casos, especialmente durante las primeras semanas de tratamiento o con dosis elevadas. Estos síntomas suelen ser temporales y mejorar con el ajuste adecuado del fármaco.

  • 2. Depresión y deterioro cognitivo

Muchas veces, el deterioro cognitivo que experimenta una persona no se debe al antidepresivo, sino a la misma depresión. La depresión puede afectar tu capacidad para concentrarte, recordar y tomar decisiones, algo que puede confundirse con un problema cognitivo causado por el tratamiento. Los antidepresivos, al mejorar los síntomas de la depresión, pueden, de hecho, mejorar las funciones cognitivas a largo plazo.

  • 3. Tipos de antidepresivos y sus efectos en la cognición

No todos los antidepresivos afectan de la misma manera. Los antidepresivos tricíclicos y los inhibidores de la monoaminooxidasa (IMAO) son más propensos a causar efectos secundarios cognitivos como confusión o somnolencia. En cambio, los inhibidores selectivos de la recaptación de serotonina (ISRS) y los inhibidores de la recaptación de serotonina y noradrenalina (IRSN) tienen menos probabilidad de generar este tipo de efectos.

  • 4. Efectos a largo plazo

Si bien los efectos cognitivos suelen ser temporales, en personas mayores o en aquellos que toman antidepresivos durante períodos prolongados, puede ser necesario ajustar el tratamiento para evitar complicaciones. Un seguimiento médico cercano es clave para detectar cualquier problema a tiempo.

  • 5. Recomendaciones

Si sientes que los antidepresivos están afectando tu memoria o concentración, es importante hablarlo con tu psiquiatra. Puede ser necesario ajustar la dosis o cambiar de medicamento para minimizar estos efectos. No interrumpas el tratamiento por tu cuenta, ya que esto podría empeorar los síntomas de la depresión y, por lo tanto, también el deterioro cognitivo asociado a esta.

¿Los antidepresivos dañan el cerebro?: Conclusiones y recomendaciones

Si has llegado hasta aquí, mereces una medalla, o al menos un café fuerte.

Hemos navegado juntos por la compleja maraña de información, mitos y estudios científicos que rodean a los antidepresivos y su impacto en nuestro querido cerebro.

Así que, ¿qué podemos concluir de toda esta vorágine de datos y opiniones?

¿Los antidepresivos dañan el cerebro?: Resumen de los puntos clave

  1. Los antidepresivos son herramientas, no soluciones mágicas: Actúan sobre neurotransmisores específicos para ayudar a equilibrar tu estado de ánimo.
  2. Los mitos abundan: Desde la idea errónea de que los antidepresivos son una «solución fácil» hasta el temor de que te conviertan en un zombi emocional, los mitos son más persistentes que una mancha de vino tinto en una camisa blanca.
  3. La ciencia es tu amiga: Aunque los estudios han mostrado tanto efectos positivos como negativos, la clave es considerar el contexto y la calidad de la investigación.
  4. Diagnóstico y seguimiento son cruciales: Como un GPS para tu bienestar, un diagnóstico preciso y un seguimiento riguroso pueden hacer la diferencia entre un tratamiento exitoso y uno que te lleve por el camino equivocado.

Recomendaciones para pacientes y familiares

  1. La información es poder: Antes de iniciar cualquier tratamiento, asegúrate de tener toda la información que necesitas. No tengas miedo de hacer preguntas a tu médico.
  2. Adherencia al tratamiento: A menos que quieras jugar a la ruleta rusa con tu salud, sigue el tratamiento según lo prescrito y mantén una comunicación abierta con tu médico.
  3. El apoyo familiar es vital: Familiares, son el sistema de apoyo más cercano para el paciente. Manténganse informados y sean parte activa del proceso de tratamiento.
  4. Sopesar los pros y los contras: Al final del día, el uso de antidepresivos se reduce a una evaluación de riesgo-beneficio. Asegúrate de discutir esto exhaustivamente con tu médico.
  5. Mente abierta, expectativas realistas: Los antidepresivos no son una cura milagrosa, pero tampoco son el enemigo. Mantén una mente abierta y establece expectativas realistas para lo que el tratamiento puede y no puede hacer por ti.

Y ahí lo tienes, un viaje de ida y vuelta a través del complejo mundo de los antidepresivos y la salud cerebral. Espero que este artículo te haya ofrecido algunas respuestas, o al menos te haya dado una base sólida desde la cual puedes buscar más información.


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Marc Planella

Sobre el autor

Marc Planella

Nº de colegiado: 080836943

  • Licenciado en Medicina y Cirugía por la Universidad Autónoma de Barcelona - Unidad docente Hospital Vall d'Hebron (2001).
  • Especialista en Psiquiatría por Sant Joan de Déu - Servicios de Salud Mental (2002 - 2006).
  • Formación específica universitaria en tratamiento de depresiones unipolares y bipolares.
  • Especialista universitario en psiquiatría forense.

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